El grupo aéreo IAG vuelve a renunciar a la compra de Air Europa. Como ya pasara en 2020, la matriz de Iberia, Vueling y British Airways entierra la adquisición de la aerolínea de Globalia, a la que abonará 50 millones de euros en compensación por la ruptura del acuerdo.
De nuevo, la razón de la renuncia es la misma: la Comisión Europea no estaba dispuesta a autorizar la operación al considerar que generaría problemas de competencia en rutas domésticas, insulares, europeas y transoceánicas.
Ello pese a que IAG había renunciado al 52% de los surcos aéreos operados por Air Europa en 2023 para, precisamente, evitar los obstáculos de competencia. El fin de la unión de las dos aerolíneas termina con el sueño de IAG de competir de tú a tú con gigantes como Lufthansa y Air France-KLM y hacer frente a la creciente competencia de las firmas asiáticas.
Madrid también se verá perjudicada por esta renuncia que pone en duda el plan de IAG de invertir 600 millones en sus instalaciones en la capital para convertirlas en un hub global, a lo que se sumaría la mayor competitividad de Barajas frente a sus rivales europeos. Asimismo, la economía española también pierde el impacto positivo que generaría la llegada de más viajeros.
Todos estos beneficios se entierran ahora tras la injusta decisión de Bruselas de cortar las alas a IAGy Air Europa. Ello pese a que en el pasado la UE no contempló problemas para impedir operaciones de Lufthansa y Air France, que copan el 80% del tráfico de los aeropuertos de Fráncfort y Charles de Gaulle, respectivamente. Un porcentaje que IAG no alcanzaría en Barajas, aunque conservara todas las rutas de Air Europa. Se demuestra así la doble vara de medir que la Unión ha tenido con IAG respecto a sus competidores.