
ERC y el PSC alcanzan un principio de acuerdo para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat, que incluye medidas de impulso de la lengua catalana y un "concierto económico solidario", aunque sin el cálculo de un cupo.
El pacto otorga a la Agencia Tributaria catalana "la llave de la caja" y la recaudación y gestión del 100% de los impuestos, pero no está claro si consorciada con el Estado. Además, supone la salida de Cataluña del régimen común autonómico, aunque pagará una tasa de solidaridad con el resto.
En definitiva, se rompe el principio de igualdad de las autonomías. Su aplicación legislativa requiere el cambio de La Ley de Financiación Autonómica (Lofca) y el apoyo de Junts, que, en principio, se opone a un gobierno de Salvador Illa.