Opinión

Los fondos europeos permitirán aumentar más empleo y la productividad de las empresas

  • Es fundamental una internacionalización que permita un aumento en las exportaciones

Una de las conclusiones del Informe Económico y Financiero de Esade para el segundo semestre de 2024 señala que la economía española es una de las más dinámicas de la zona euro, que mantiene el liderazgo en el crecimiento del PIB en la región, y que ese crecimiento se consolida sobre la base del aumento de las exportaciones y del consumo, tanto público como privado.

Un informe que refleja una previsión similar a la de otros organismos nacionales e internacionales, como el Banco de España, la OCDE, el FMI y la Comisión Europea, que han elevado su previsión de crecimiento de nuestra economía y que la sitúan ya en el entorno del 2,5 por ciento para este 2024, cuando en el cuarto trimestre de 2023 las previsiones para este año oscilaban entre el 1,7 por ciento y el 2 por ciento. Por tanto, un buen contexto que debe permitirnos afrontar algunos de los grandes retos que tiene nuestro país, como es la mejora de la productividad de las empresas, hoy por debajo de la media de la zona euro.

Por primera vez, nuestro país no solo crece, sino que se moderniza y lo hace sobre la base de reducir los desequilibrios macroeconómicos y estructurales que han lastrado la economía, sobre todo durante la crisis financiera.

El Gobierno de España comenzó la legislatura situando esa mejora de la productividad como uno de los desafíos a afrontar con una gestión económica que, además de útil y responsable, está demostrándose eficaz para impulsar la creación de empleo, hoy en cifras récord de la serie histórica, que permitan afrontar el futuro con mayor optimismo y sobre bases más sólidas.

Así, el empleo que se está creando cada vez es de mayor calidad, con un impulso decidido en políticas de formación profesional y también en inversiones en ciencia e I+D+i que permiten que uno de cada cinco empleos que se crea sea en sectores de alto valor añadido.

De hecho, el mercado de trabajo, con 21,4 millones de afiliados a la Seguridad Social, lleva cincuenta meses consecutivos creando empleo y nos sitúa en ese otro objetivo de legislatura para el Gobierno de Pedro Sánchez, como es alcanzar el pleno empleo.

Por tanto, aumento de la productividad y pleno empleo son dos retos marcados en la agenda política de nuestro país que actúan a su vez como vasos comunicantes, y para los que van encaminadas muchas de las inversiones y reformas que se están desplegando aprovechando la mayor movilización de recursos públicos de la histórica económica de España, como es el desarrollo de los fondos europeos y la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Un proyecto de país ambicioso que, cumple hito a hito, con la transformación del tejido productivo y la descarbonización de la actividad industrial a la vez que se dan pasos decididos en la digitalización y en la modernización tecnológica de nuestra economía en su conjunto y que debe servir como hilo conductor para esa mejora de la productividad y ese impulso en la creación de más puestos de trabajo.

De hecho, los efectos del Plan de Recuperación sobre la productividad ya se perciben como demuestra esa mayor creación de empleo de alto valor añadido, y el Gobierno estima que está teniendo un efecto transformador sobre el tejido productivo que mejora en un 30 por ciento la productividad por hora trabajada.

Evidentemente, no es suficiente y creemos que para consolidar una mejora de la productividad en nuestro país durante los próximos años es imprescindible seguir invirtiendo en una mayor competitividad del tejido productivo y seguir apostando por aquellos sectores que permitan crear también empleo de mayor calidad. Como son el sector de las energías renovables, la inteligencia artificial, la digitalización y la revolución tecnológica, a la que van encaminados los proyectos estratégicos del Gobierno, conocidos comúnmente como PERTES, en sectores como la industria del microchip, el hidrógeno verde o las baterías eléctricas de los vehículos.

Datos no nos faltan tampoco para ser optimistas a pesar de un contexto internacional de tanta incertidumbre económica. Uno de esos datos, nos lo proporciona el número de empresas de más de 50 trabajadores, que en junio de 2024 ha batido un nuevo récord histórico y ya alcanza la cifra de 34.364 empresas, que supone 4.486 empresas más que en 2018 en un periodo de enorme volatilidad con una pandemia y la crisis provocada por la guerra en Ucrania y Oriente Próximo.

Por tanto, es imprescindible seguir detectando las barreras de la productividad en nuestro país y seguir desplegado reformas e inversiones que permitan a las pymes y empresas ser más competitivas y más productivas como motor de generación de empleo de mayor calidad y estabilidad.

Para ello, también es fundamental un aumento de la internacionalización que permita seguir incrementando las exportaciones e impulsando la atracción, retención y recuperación del talento.

En todo ello está volcado el Gobierno de España para aprovechar los fondos europeos como palanca para cumplir esos dos ambiciosos objetivos de legislatura como son el aumento de la productividad y el pleno empleo.

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