
Cuando - ¡por fin! - estábamos en un año en el que la bolsa europea superaba a la norteamericana, un político europeo va y decide dispararse en el pie. Y, de paso, se dispara al Eurostoxx 50. No tenemos remedio.
La única explicación de lo que ha hecho Macron es que su plan sea "hacerse un Sánchez". Que haya visto que a Pedro Sánchez le ha salido bien la estrategia del miedo (a la ultraderecha) y haya pensado que en Francia puede hacer algo parecido.
Entendemos que no piensa que vaya a funcionar el miedo ideológico, dado que Agrupación Nacional es ya, con diferencia, el partido más votado del país. Los franceses saben perfectamente a qué atenerse y no hace falta que les digan nada al respecto. Y, por si Macron tenía alguna duda, entiendo que se disipó tras las elecciones europeas. Supongo que su estrategia busca más bien generar miedo económico.
La idea es sencilla (otra cosa es que vaya a funcionar). Como tanto la Agrupación Nacional como el Frente Popular tienen programas económicos que chocan frontalmente con los objetivos de control de deuda y déficit que acaba de restablecer la Unión Europea, la posibilidad de que un país tan importante como Francia diga "no" asusta a los mercados. Y bajan las acciones y los bonos de toda Europa.
Si Francia se niega a cumplir con los objetivos de deuda y déficit, a ver cómo le dices a España, Italia, Grecia y Portugal que ellos sí que tienen que cumplir. Y a ver cómo le explicas a los que están cumpliendo que Francia no tiene intención de hacerlo.
Si un país pequeño y del sur incumple las normas, tiene un problema. Pero si el que incumple es el segundo país más importante de la UE, entonces es la UE la que tiene un problema.
Asustados los mercados, muchos votantes de centro, centro-derecha y de la Agrupación Nacional ven como cae el valor de sus ahorros. Aparte de en inmuebles, los franceses invierten en acciones y bonos, sobre todo a través de unos seguros tipo Unit Linked ("les assurance vie") que son muy populares, porque permiten deducirse una cantidad muy importante en el impuesto de sucesiones. Y, en términos estadísticos, es entre los votantes de derecha y ultraderecha donde hay más personas con un alto nivel patrimonial.
Hasta ahora, la estrategia de Macron ha funcionado en lo referente a generar miedo en los mercados europeos. Y la prima de riesgo francesa se ha disparado. En algunos momentos de esta crisis, Portugal ha tenido mayor calidad crediticia que Francia.
¿Realmente pensaba Macron que el miedo económico a la ultraderecha - o a la extrema izquierda - le haría mejorar sus resultados? Lo sabremos el domingo, pero desde luego lo que ya sabemos es que es muy difícil que salga de esta en una posición más fuerte que la que tenía. Y que EEUU ha vuelto a adelantar a Europa a nivel bursátil.
Cambiando de tercio - que no de tema -, estamos viendo que la reacción de los políticos europeos ante la llegada de la inteligencia artificial generativa (IA) es cada vez más defensiva y menos proactiva.
En lugar de dedicar dinero y políticas a apoyar a innovadores y emprendedores para que no nos quedemos atrás en algo tan importante, como nos quedamos en la primera fase de la revolución digital, volvemos a tropezar en la misma piedra: Europa se dedicará a regular, mientras que EE.UU. se dedicará a ganar dinero. Con una industria que no va a tener nada que envidiar de la de los ordenadores personales, el teléfono móvil o Internet.
Esta actitud de "que inventen otros, que nosotros nos ocupamos de regular y cobrar multas" es una actitud de perdedores. Norteamérica se ha forrado gracias a la revolución digital, mientras que Europa se ha limitado a hacerse con lo que ha podido vía impuestos. Todas las grandes empresas de la 1ª fase de la revolución digital son norteamericanas. Y tiene toda la pinta de que ocurrirá exactamente lo mismo en la revolución que supone la llegada de la IA al tejido productivo. De momento, la única que se ha unido al grupo de cabeza es la también norteamericana Nvidia.
Mientras las siete magníficas se forran, Europa recoge las migajas (en forma de impuestos). Por importes absolutamente ridículos, si los comparamos con lo que ganan estas empresas. Mientras Norteamérica genera dinero, Europa le dice "dame argo".
Macron, la obsesión por regular y no por crear y generar valor: da todo una sensación de lo más deprimente, especialmente de parte de quienes tienen la misión de liderar. La clase política norteamericana no es mejor, cierto, pero por lo menos dejan trabajar.