Las elecciones europeas del pasado domingo en las que se puso de manifiesto el avance de la extrema derecha no han sentado bien a las bolsas europeas. A ello ha contribuido también el ministro de Finanzas galo, Bruno Le Maire, al alertar que Francia corre el riesgo de vivir una crisis financiera por el alto coste al que paga su deuda.
Esta incertidumbre lleva a EuroStoxx (el índice de referencia en el Viejo Continente) a acumular una pérdida superior al 4% desde el lunes y perder el soporte clave situado en los 4.870 puntos. Al Ibex no le ha ido mucho mejor y con una caída del 4,06% también cede los 11.000 puntos.
La ruptura de ambos niveles abre la puerta a una corrección hasta borrar las ganancias del año lo que, por otro lado, también supone una oportunidad para subirse al carro de la renta variable. Ello debido a que las bolsas acumulaban hasta esta semana un avance superior al 10% desde el arranque del año, comiéndose todo el potencial que los analistas estimaban para el conjunto del ejercicio.
Por tanto, el mal desempeño bursátil de los últimos cinco días eleva el atractivo de las plazas europeas. A ello contribuye también el progresivo descenso de la rentabilidad de la deuda, por la caída de tipos, lo que puede llevar a muchos inversores de renta fija a poner de nuevo sus ojos en las bolsas. No obstante, y pese al mayor atractivo de la renta variable urge no dejarse llevar por la euforia y mostrar una adecuada cautela ante las incertidumbres que los resultados del 9-J han generado en Europa. En este contexto, apostar por valores que ya han perdido un 10% desde sus máximos del año, pero que atesoran sólidas recomendaciones de compra se antoja una estrategia atractiva para maximizar las ganancias.
