
El buen dato de inflación de mayo en EEUU, con una caída de una décima hasta el 3,3% cuando los analistas esperaban que se mantuviese en el nivel de abril, no ha provocado un mayor optimismo de la Fed con los precios. Muy al contrario, el banco central estadounidense eleva su previsión de IPC para este año (dos décimas hasta el 2,6%), y para el que viene (0,1% hasta el 2,3%).
La solidez que muestra la economía de EEUU, pese a que los tipos persisten en la horquilla comprendida entre el 5,25% y el 5,5%, impide a la Fed considerar que la batalla contra la inflación esté ganada. De ahí que la entidad muestre una lógica cautela y rebaje sus expectativas de bajadas de tipos para el resto del ejercicio, que pasan de los dos recortes que preveía hasta ahora a sólo uno.