
El encarecimiento de los créditos para adquirir vivienda provocado por la subida del euríbor debería haber frenado la demanda de pisos y, en consecuencia, abaratar el precio de los inmuebles.
Pero nada de eso ha ocurrido. Muy al contrario, el alza en el coste que supone adquirir una vivienda sigue sin tocar techo, pese a haber superado ya los niveles de la burbuja de 2007 en un buen número de capitales. La razón de ello está en una alarmante falta de oferta ante una demanda que, lejos de frenarse, sigue creciendo por la elevada inmigración.
Esta es también la conclusión a la que llegaron las grandes promotoras presentes en la IV Gran Jornada Inmobiliaria: Un año de oportunidades para el sector, organizada por elEconomista.es. Durante el acto los ponentes dejaron claro que el déficit entre oferta y demanda impedirá que los precios bajen en el futuro. Para atajar este desequilibrio, el Banco de España cifra en 600.000 las unidades que habría que poner en el mercado hasta 2025.
Una cifra que en estos momentos resulta inalcanzable habida cuenta de que en España sólo se producen unas 80.000 viviendas nuevas al año. Queda así patente que solo la liberación de más suelo para levantar grandes desarrollos podrá solucionar la carestía en vivienda. Pero con eso no es suficiente. Las empresas presentes en la jornada también alertaron de que la maraña administrativa dificulta la actividad y retrasa las promociones.
La vivienda, por tanto, necesita soluciones urgentes, que solo llegarán si como el sector pide, los partidos políticos se muestran "generosos" para resolver la situación. Un mensaje claro que evidencia la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado con el fin de facilitar el acceso a la vivienda.