
China pide a España que presione a la UE para que la investigación que Bruselas realiza sobre los supuestos subsidios que reciben las firmas chinas en el desarrollo de vehículos eléctricos no tenga repercusiones.
En caso de confirmase, dichas ayudas generan una injusta competencia para la industria del motor europea a la que, con acierto, la Comisión Europea trata de poner coto. Por tanto, el hecho de que China se sirva de las recientes inversiones que ha realizado en nuestro país en el ámbito del coche enchufable para presionar al Ejecutivo es una maniobra inaceptable. España no debe ceder a este chantaje y tiene que mantenerse al margen de una investigación con la que se trata de evitar que la transición energética se convierta en una carrera a la baja.