
A comienzos del ejercicio, los analistas esperaban que el Ibex terminase 2024 por encima de los 11.000 puntos y con unas ganancias del 14%. Unas previsiones que el selectivo nacional prácticamente ha cumplido con una subida de más del 12% hasta superar los 11.200 puntos.
Su recorrido, por tanto, para el resto de año es bastante limitado. Pero eso no debe llevar al error de deshacer posiciones en el índice. Ello debido a que el Ibex aún conserva uno de sus grandes atractivos tradicionales. Se trata en concreto de los dividendos. Tanto es así que los expertos auguran que los pagos del índice rozarán el 5% de rentabilidad. Un retorno que solo supera la bolsa italiana y que supone un sólido argumento para seguir apostando por la renta variable española.