El presidente de Iberia, Marco Sansavini, asegura en elEconomista.es que "comprar Air Europa es fundamental para competir en la liga de los grandes". Destaca así la importancia que para la aerolínea de IAG tiene hacerse con su rival de Globalia.
La operación permitiría a Iberia crecer en el largo radio, sobre todo hacia Asia, que es su mercado más desatendido; e impulsaría su cuota en América Latina. Además, la ganancia en tamaño llevaría a Iberia a competir de tú a tú con gigantes como Lufthansa y Air France-KLM y hacer frente a la creciente competencia de las firmas asiáticas. Pero las ventajas de la operación van más allá. La ciudad de Madrid también saldría beneficiada debido al plan de IAG de invertir 600 millones en sus instalaciones en la capital para convertirlas en un hub global, a lo que se sumaría la mayor competitividad de Barajas frente a sus rivales europeos.
Asimismo, la economía española también se vería impulsada por el impacto positivo que generaría la llegada de más viajeros. Pese a todas estas ventajas, Bruselas amenaza de nuevo –ya lo hizo en el pasado– con echar por tierra la compra al detectar "obstáculos significativos de competencia". Una posibilidad que IAG quiere evitar cediendo el 40% de las rutas de Air Europa. Ello pese a que en el pasado la UE no contempló problemas para impedir operaciones de Lufthansa y Air France, que copan el 80% del tráfico de los aeropuertos de Fráncfort y Charles de Gaulle, respectivamente.
Un porcentaje que IAG no alcanzaría en Barajas, aunque conservara todas las rutas de Air Europa. Es preciso que Bruselas no corte las alas a IAG y Air Europa frente a sus competidores noreuropeos. El nacimiento de un operador global favorece a la competencia y a Europa entera.
