
La EPA del primer trimestre arroja resultados negativos para el mercado laboral, con una caída de 140.000 ocupados y la suma de 117.000 parados.
Si bien los inicios de año suelen reflejar un desempeño negativo para el empleo, por el fin de los contratos ligados a la campaña navideña, estos datos reflejan un comportamiento peor al habitual. De hecho, el mercado de trabajo firmó su trimestre más pobre desde 2020. Por si fuera poco, este mal comportamiento se produjo a pesar de que en este ejercicio la Semana Santa cayó a finales de marzo, lo que debería haber mejorado las cifras al firmarse las contrataciones con anterioridad. El hecho de que esta festividad no haya amortiguado la caída es un mal augurio para el resto del año y evidencia el fin del impacto de la reforma laboral.