
El número de cotizantes a la Seguridad Social superó en marzo la barrera de los 20,9 millones de personas, una cota que se alcanza por primera vez en la historia. Pero dicho récord tiene una cara B, ya que cuatro de cada cinco nuevos contratos (el 80%) son temporales o indefinidos a tiempo parcial o fijos discontinuos (cuyos ingresos provienen durante gran parte del año del cobro de la prestación por desempleo). Todas esta modalidades solo pueden calificarse como empleo precario, lo que evidencia la mala calidad de los puestos que se crean en el mercado laboral español. El motivo de ello está en las erróneas medidas impulsadas por el Gobierno, como las continuas subidas del SMI o las alzas de las cotizaciones sociales, que elevan los costes que deben asumir las empresas. Esto reduce la productividad de los negocios, lo que les impide generar puestos de trabajo de mayor calidad.