
Los gestores miran cada vez con más interés el calendario a la hora de tomar decisiones. Algo lógico habida cuenta de que la estadística demuestra que hay meses mejores y peores para la renta variable. En el caso del Ibex, octubre, noviembre, diciembre, enero y febrero son positivos. Sin embargo, en marzo empieza a cambiar la película, ya que registra el peor balance mensual de la bolsa española en los últimos años. Posteriormente se entra en un periodo también negativo, que termina entre septiembre y octubre, y en el que históricamente los bajistas han ganado la partida a los alcistas. Esto evidencia que la estacionalidad es un factor que tanto los inversores como las gestoras deben tener en cuenta en el momento de construir sus carteras.