
En el año 2023 La junta de Andalucia publicó el censo agrario del año 2020. La anterior publicación fue hace más de una década en el 2009. Comprendo que el proceso es largo y tedioso. Necesita contar con la colaboración de todo el mundo rural. No es un proceso voluntario. Hay que dar los datos requeridos. Tras recabar toda la información. Sacaron a la luz los resultados. Un libro lleno de cifras y números que, como una foto fija, explicaba la realidad rural.
La conclusión que saco yo de ese profuso censo es que el campo en Andalucia, como hoy lo conocemo, se muere si no tomamos algunas medidas para remediarlo. Tiende a desaparecer por dos razones principales: una por muerte natural, ya que el trabajador del campo es mayor y no tiene relevo generacional. La otra razón es por abandono: no se puede vivir del campo manteniendo la estructura de explotación que ahora tiene.
La muerte natural se debe a la media de edad que tienen los directores, responsables, los propietarios de explotaciones agrícolas. Es de 61,4 años en España y no hay relevo generacional. Hay, siempre según los datos oficiales, 267.717 explotaciones. Aunque hay varios modelos de ayudas por parte del gobierno central y de los gobiernos autonómicos para incentivar el relevo, la realidad es que hay pocos nuevos agricultores. También hay poca mano de obra.
La segunda razón por la que se muere el campo es el abandono. El segundo dato que saco de ese censo agrario tan voluminoso es el tamaño medio de las explotaciones agropecuarias de Andalucía. 17,8 hectáreas. Es una media, lo entendemos todos, pero... Con ese tamaño medio de fincas no se puede vivir del campo. Los propietarios tienen que dedicarse a algo más para poder subsistir. Por eso abandonan el mundo rural.
Proceso
Esto está ocurriendo desde hace tiempo. Empezó con los terrenos de menor rentabilidad, los forestales. Poca gente quiere ya la madera que era la mayor fuente de ingresos del monte. Sigue con la ganadería. Nadie joven quiere trabajar los 365 días del año para ganar poco. Muestra de ello es qe el censo ganadero, según el INE, nos indica que la disminución en el número de explotaciones ganaderas en los últimos años es del 30,1 por ciento. Seguirá por las explotaciones agrícolas de menor producción por hectárea.
Con la muerte del mundo rural, si no se evita. También se acaba un estilo de vida y cultura que en gran medida es vertebrador en nuestra comunidad. Las costumbres, la moda, los giros lingüísticos, la gastronomía, las fiestas populares, bailes y un largo etcétera que es la cultura local y la total de Andalucia.
Soluciones
Para poder solucionar este problema debe empezar a dignificarse la imagen del mundo rural. Explicar cómo trabaja y como vela por el medio ambiente. Evita incendios con la limpieza del monte. Mantiene eco-esquemas tan nuestros como las dehesas que llevan milenios siendo parte de nuestro paisaje con el pastoreo. Nos da frutas, verduras, pan, aceite y vino con garantía de salubridad.
Los jóvenes deben sentir que la empresa agraria es una empresa como cualquier otra. Donde hay inversión, amortización, personal, gastos, desarrollo, investigación, ingresos y sobre todo ver futuro en el mundo rural. Saber que hay posibilidades.
Tenemos que asociarnos, facilitar arrendamientos, impulsar la creación de empresas con dimensión suficiente. Mejorar los riegos. Facilitar la contratación. Impulsar la trasmisión de la propiedad agrícola. Dar armas suficientes para poder producir, con garantías, pero con beneficio. Igualar las reglas del juego con otros países y un largo etcétera. La situación no pinta bien pero es reversible. Todo esto debe empezar con un cambio político.