
El aumento de la tensión en la ruta del mar Rojo, que incluye el Canal de Suez, altera el comercio marítimo, lo que retrasa y encarece el transporte y reduce el volumen de contendedores fletados. Un escenario que además es muy peligroso para el control de los precios, pero del que también hay claros beneficiados. Se trata en concreto de las grandes navieras que se han visto obligadas a variar sus rutas para evitar los ataques de los rebeldes hutíes. Esto ha generado que las tarifas comerciales se disparen un 160% en tres semanas y, en consecuencia, sus perspectivas de negocio hasta el punto de permitir a compañías como Maersk salir de pérdidas en 2024. El inversor debe valorar el escenario más positivo que ahora presentan las grandes navieras.