Opinión

La experiencia de España, al servicio de Ucrania

  • Revista de Buen Gobierno, Iuris & Lex y RSC
Ruinas de una ciudad ucraniana. AFP

Durante los últimos tiempos y en todo el mundo, hemos sido testigos o protagonistas de diferentes catástrofes. En ocasiones, han sido catástrofes naturales como la erupción del volcán de la Palma, los incendios que han arrasado la península ibérica, las inundaciones en Italia o los terremotos que han afectado a Turquía.

En otras, la catástrofe es bélica o provocada por el hombre. Todos conocemos el impacto de la guerra en Ucrania, pero, desgraciadamente, hay otras como los desplazamientos de población provocados por la presión de las maras en Honduras.

Como dice nuestra decana, María Emilia Adán, esas catástrofes, cualquiera que sea su origen, suponen pérdidas humanas que siempre será lo importante. Sin embargo, junto al factor humano, no se debe dejar de pensar en el resurgir de las economías pues, con la esperanza de la recuperación, las civilizaciones prosperan y no entran en una espiral que termina en colapso.

Como registradores, sabemos que todo proceso de recuperación implica la necesidad de actuar sobre el territorio y conocemos las repercusiones que toda catástrofe tiene sobre el derecho de propiedad privada.

La experiencia demuestra que es necesario devolver el suelo a las condiciones necesarias para que se pueda volver a cultivar, reconstruir si es posible los edificios que antes eran hogares o sedes sociales para que las familias puedan volver a sus casas o las empresas a producir; restituir a los legítimos propietarios las tierras y edificios que fueron ocupados durante las guerras o, en caso de imposibilidad, compensarlos debidamente; resolver los asentamientos provocados por el desplazamiento de la población o, en última instancia, recuperar el patrimonio cultural inmobiliario de los pueblos que constituye sus señas de identidad.

La resolución de todas estas cuestiones pasa por tomar una serie de decisiones de distinta naturaleza. Unas son arquitectónicas, qué tipo de ciudades queremos. Otras son de naturaleza financiera, de donde saldrán los fondos necesarios para la recuperación y como se organizará la prelación entre los acreedores y, finalmente, el establecimiento de un marco legal adecuado y un diseño institucional fuerte.

La Institución registral puede ayudar a evitar o buscar solución a los conflictos que necesariamente van a surgir de las acciones de la reconstrucción. Es un elemento necesario para construir el futuro sobre la justicia.

Así se puso de manifiesto durante el transcurso del debate internacional en torno a la reconstrucción de Ucrania que se celebró en Madrid, en el denominado Taller del Grupo de Trabajo de Administración del Territorio de la Comisión Económica de Naciones Unidas para Europa (UNECE WPLA). En él participaron organizaciones como la Fundación Norman Foster, el Banco Mundial o la OTAN. Del mismo modo, países de todo el mundo compartieron sus experiencias en materia de reconstrucción, tanto tras una catástrofe natural como humana.

En ese marco, España tiene mucho que decir, tenemos experiencia reciente y lejana. En primer lugar, somos un país que ha vivido en su seno una Guerra Civil, conocemos la importancia de la reconstrucción de los edificios, la necesidad de asegurar a los financiadores que podrán contar con un registro fiable y contamos con una legislación especial en materia de reconstrucción de registros.

En segundo lugar, a la hora de gestionar catástrofes naturales, la experiencia española es un grado. Sirva de ejemplo la aportación del Cuerpo de Registradores de España que, tras la erupción del volcán en La Palma, desarrolló el Portal Registral de Emergencias, herramienta que a través del cruce de datos de registros con información del sistema Copernicus de la Unión Europea permite comprobar el impacto global de una catástrofe y, sobre todo, facilita la identificación de las fincas para que, a través de una certificación registral, los propietarios puedan acreditar la propiedad de manera segura y así solicitar ayudas públicas.

El foro para la reconstrucción de Ucrania vivido en Madrid es tan sólo una muestra de hasta dónde podemos llegar si fomentamos la cooperación internacional.

El enfoque internacional a la hora de abordar cuestiones de suma importancia, como la guerra en Ucrania, es fundamental; la clave de bóveda del progreso. Al fin y al cabo, de nuevo, lo que realmente nos define como sociedad y como país es nuestra actitud y disposición a la hora de socorrer a quienes podemos ayudar.

Director de Asuntos Europeos del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky