
A pesar de que en los últimos años la industria española ha realizado un gran esfuerzo para optimizar su consumo energético llevando a cabo inversiones en tecnologías más limpias y sostenibles, la mayoría de los procesos industriales siguen empleando ampliamente combustibles de origen fósil. Es evidente la alta contribución del sector industrial al PIB, más del 15%, pero también que es altamente consumidor de energía y, en la actualidad, de combustibles fósiles, así como es responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas. En este contexto, y en sintonía con contribuir a lograr los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030 y el más ambicioso de alcanzar la neutralidad climática en 2050, el sector industrial ha de llevar a cabo una transformación acelerada encaminada a lograr que sus procesos sean más sostenibles.
Sin duda, lograr la descarbonización de la industria es un desafío enorme dado el abanico de industrias con consumos energéticos tan diversos. Los procesos industriales son muy diferentes entre sí y presentan demandas térmicas con niveles de temperatura muy distintos.
Así, existen desde procesos en las industrias denominadas "difíciles de descarbonizar" -cementeras, refinerías, etc.- en las que las demandas térmicas tienen lugar a temperaturas muy elevadas (superiores a 500ºC), hasta procesos que emplean combustibles fósiles para satisfacer demandas térmicas a baja (inferior a 100ºC) o media temperatura (inferior a 200-250ºC). Para todas ellas, existen diversas alternativas tecnológicas -o combinaciones de las mismas- que pueden satisfacer estas demandas.
Renovables y eficiencia
Entre estas soluciones, presentadas en orden de menor a mayor nivel de temperatura de la demanda térmica a satisfacer, se encuentran, entre otras, el empleo de electricidad de forma directa, como en el caso de las bombas de calor o de las calderas eléctricas; el almacenamiento de energía térmica empleando diferentes fluidos caloportadores, el uso de recursos renovables como el biomásico, el empleo de gases renovables como el biometano y el hidrógeno renovable y sus derivados (amoniaco, metanol).
También hay medidas eficiencia energética que son sumamente rentables para minimizar el consumo energético requerido, así como las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 encaminadas a disminuir las emisiones de GEI.
Ritmos
Si bien estas tecnologías existen, se necesita acelerar su implementación en la industria, así como seguir desarrollando nuevas soluciones que aumenten la sostenibilidad de los procesos y contribuyan a aumentar la competitividad de la industria. Es de esperar que el PERTE de descarbonización industrial, recientemente elevado a audiencia pública, suponga un elemento de apoyo fundamental a la descarbonización de la industria española.
Desde CTA, hemos celebrado, hace unos días en colaboración con Iberdrola, una jornada para promover la innovación necesaria para la descarbonización industrial, en la que participaron Fundación Cobre las Cruces, Inerco, Kaura, Kyoto, Alia Energy, Mars y la Agencia Andaluza de la Energía. Es necesario desarrollar muchos proyectos de innovación para implementar las tecnologías y nuevas soluciones que aceleren la descarbonización. Desde CTA, estamos a disposición de las empresas para impulsar este tipo de proyectos innovadores y encontrar los socios tecnológicos y la financiación necesaria.