ACS cerró recientemente su primera adquisición de proyectos renovables en Australia. Un éxito que la compañía quiere repetir a corto plazo con una ofensiva para comprar una cartera de cinco plantas en el país oceánico de 1 GW por cerca de 600 millones.
La constructora demuestra así que ha puesto a este territorio en su punto de mira para impulsar su apuesta por el negocio de las energías limpias. Una estrategia comprensible ante el interés de Australia por elevar su mix de generación con fuentes renovables y por la propia seguridad jurídica que solo un país miembro de la OCDE puede ofrecer para las empresas. ACS, por tanto, acierta de pleno al intentar aprovechar la oportunidad que Australia representa para impulsar su área energética.
