
La duración de los contratos que se firmaron en España en 2022 se desplomó hasta los 49 días, su nivel más bajo desde 2006. Una tendencia negativa que se ha incrementado entre enero y agosto del presente ejercicio, con una media de 46 días, un 5% menos que en el mismo periodo del año pasado.
Yolanda Díaz presume de que el número de trabajadores eventuales se ha reducido con su reforma laboral, pero ese retroceso se ha logrado a costa de empeorar su calidad, de la misma manera en la que los fijos discontinuos inflan las cifras de contratación indefinida. Estos datos confirman que queda mucho que hacer contra la precariedad del empleo, un problema que solo se resolverá cuando el Ejecutivo flexibilice el mercado laboral y deje de poner trabas a las empresas.