
Un informe de la Comisión Europea sitúa a España como el tercer país con más restricciones para el ejercicio de la actividad comercial de la UE. El documento mide fundamentalmente tres variables: libertad de horarios, fiscalidad y burocracia. En este última, España mejora respecto a 2018. No ocurre lo mismo con las dos primeras, donde la situación de nuestro país es igual de negativa que la anterior edición del estudio. Ello se debe a la elevada fiscalidad que sufren todas las empresas a lo que se suma que algunas CCAA mantienen tributos a los Grandes Establecimientos Comerciales y limitan las aperturas a un número determinado de festivos. Urge terminar con todas estas trabas para que un sector clave para la economía y el empleo pueda seguir creciendo.