Opinión

Qué supone la inflación para el inversor

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La inflación supone un reto para los inversores y gestores profesionales, ya que establecen un benchmarking comparativo que deben superar si quieren generar valor del patrimonio que están arriesgando. Otro punto significativo para tomar en cuenta generalmente suele estar relacionado con el riesgo, ya que si hemos invertido, por ejemplo, en acciones americanas, la depreciación del dólar ante el euro ha generado una devaluación de los ahorros invertidos de los españoles considerablemente.

Ahora vamos a ver los diferentes efectos en los distintos instrumentos financieros:

1. En acciones. El aumento general de los precios de los bienes y servicios puede repercutir en los beneficios de las empresas cotizadas, afectando de forma positiva o negativa al precio de sus acciones en el mercado. Esto puede derivar en dos escenarios tomando en cuenta el tipo de empresa que invertimos, que puede ser cíclica (empresas que necesitan de deuda para mantenerse o crecer) y no cíclica (empresas que cubren una necesidad con sus servicios independiente del ciclo económico).

El primer escenario deriva de un incremento de los beneficios, y, por lo tanto, un potencial incremento del valor de la acción, derivado de una demanda estable de los servicios y productos de la empresa, pero más caros El segundo escenario deriva de una reducción de los beneficios, y por tanto una potencial depreciación del valor de la acción, debido a la reducción de la demanda por un cambio en el hábito de consumo de la población . Para el inversor minorista no es fácil de predecir.

2. En instrumentos financieros con cupón fijo. Estos representan a los bonos del Estado o de empresas. El comprador de una obligación, bono o letra tendrá derecho a un pago fijo periódico hasta la fecha en que el instrumento alcance su vencimiento y; el reembolso de la inversión inicial al vencimiento. La inflación repercute en estas inversiones. Al vencimiento, la cantidad recibida será la misma durante los ciclos inflacionistas, pero el poder adquisitivo de esta cantidad se reduce. Lo ideal es que este tipo de interés supere cada año a la inflación, generando una plusvalía sobre la diferencia y mantener un margen de seguridad.

3. En instrumentos financieros con cupón variable. Sería igual que el instrumento financiero anterior, pero a tipo variable. El comprador de una obligación, bono o letra tendrá derecho a un pago periódico variable hasta la fecha en que el instrumento alcance su vencimiento ; y el reembolso de la inversión inicial (valor nominal) al vencimiento. El valor del cupón periódico es variable, en función de diversos factores.

La inflación repercute en el reembolso recibido al vencimiento que será el mismo durante los ciclos inflacionistas, pero el poder adquisitivo de este importe se reduce. El cupón periódico variará y podrá contrarrestar el efecto (o una parte) de la inflación. Sin embargo, no siempre las variaciones del cupón reflejarán el nivel actual de los tipos de interés, ni compensarán la inflación.

4. En fondos de inversión. Permite acceder a una cartera compuesta por varios instrumentos financieros. Podemos localizar una gama muy amplia de tipos de fondos de inversión, siendo los más destacables los que replican a índices ya establecidos, tal como el S&P500, el DAX40, o el IBEX35, o el precio de materias primas como el oro o la plata.

El impacto de la inflación y la subida de los tipos de interés en los fondos de inversión depende del tipo y la composición de su cartera de inversión: tipos de activos, sector, etc. Muy parecido al apartado de acciones.

Sin embargo, hay que considerar que uno de los discursos de los últimos 13 años a los ahorradores es que no pueden dejar sus ahorros parados, por lo que suelen invertirlos en productos que a priori lo han hecho bien en la última década, tal como el S&P500 o el Nasdaq100. Si hay una mayor capacidad de ahorro o del incremento de la riqueza de las empresas por la inflación, estos agentes han tendido históricamente a invertir en este tipo de activos, llevándolos a apreciarse de forma consistente año tras año.

5. En criptomonedas. Capitaneadas por Bitcoin son un tipo de instrumento financiero que aún requiere de mayor claridad regulatoria y adopción por parte de instituciones financieras y de plataformas de negociación, pero que parece que han venido para quedarse.

La rentabilidad promedio ponderada a través de la rentabilidad compuesta año tras año, desde 2014, en Bitcoin ha sido del 152%, convirtiendo a este activo en el más agresivo y a la vez defensivo de la última década, superando con creces, incluso, los niveles de inflación del 2021 en la Unión Europea y España.

Curiosamente, las criptomonedas no parecen un activo que solo se aprecie por una mayor demanda derivado de un mayor poder adquisitivo a raíz del incremento de la masa monetaria , sino que también parece que su enorme diferencial entre su revalorización media anual y la inflación media anualizada de la última década se debe a la depreciación considerable de las divisas locales (euro y dólar).

Hay que considerar que este tipo de activos, a diferencia de los anteriormente mencionados, no entrega una rentabilidad fija o variable por su tenencia, lo cual los incluye en la categoría de activos de riesgo y, por tanto, no se debería asignar una cantidad significativa de nuestro patrimonio a este tipo de activos.

6. En materias primas, commodities que en algunos casos se usan como protección patrimonial a largo plazo, como el oro o la plata, ya que han batido a la inflación promedio en el largo plazo y tienen una liquidez considerable en mercados secundarios.

Al igual que con las criptomonedas, este tipo de "activos" no entregan cupones fijos ni variables por su mera tenencia, pero sí tienen una utilidad para diversas industrias económicas que llevan a una demanda elevada de este tipo de activo.

Este tipo de activos no se ven afectados por una subida de los tipos de interés más allá de la deuda que tengan las empresas especializadas en la extracción de estas.

Por último, en inmuebles. El sector inmobiliario es el favorito por excelencia de los españoles como activo de inversión y refugio de valor. Hay que considerar que los inmuebles dependen de diversos factores que pueden afectar al precio de estos independientemente del nivel de inflación que esté sufriendo el país (localización geográfica, uso empresarial o personal, estado del inmueble, etc.).

Los inmuebles son activos híbridos que dependen del ciclo económico, ya que para adquirirlos la mayoría solicita préstamos hipotecarios y, por tanto, la rentabilidad esperada del inmueble debería superar la inflación para que tenga sentido.

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