
El análisis detenido del primer informe del Observatorio de Márgenes empresariales delata sorprendentes lagunas. Está pendiente una explicación de por qué el estudio se focaliza en determinados sectores (distribución, eléctricas...) e ignora por completo otros del tamaño de la banca o los autónomos.
También geográficamente la foto es incompleta, ya que quedan fuera del radar las autonomías forales. Igualmente sorprendente resulta la total ausencia de una comparativa con la evolución de los márgenes con las principales economías europeas. Pero lo realmente inaudito en un estudio de estas características estriba en que no especifique cuál es la evolución en promedio del beneficio empresarial en el conjunto de España. Sin esa referencia no hay criterio que justifique afirmaciones tan tajantes como que los beneficios de las eléctricas "son anómalamente elevados".
La ausencia de ese cálculo es doblemente flagrante considerando que Economía la tiene a su disposición dado que uno de los otros integrantes del Observatorio, el Banco de España lo tiene actualizado. En concreto, el supervisor financiero deja claro que, en el primer trimestre de este año, el margen de las empresas es 10 puntos inferior a su nivel del mismo periodo de 2019. No hay razón para que Economía silencie esa estadística, más allá de su propio interés por ocultar un dato que contradice la tesis con la que ha demonizado a las empresas en los últimos meses.
Es falso, por tanto, que las empresas españolas sean las grandes beneficiarias de la actual crisis inflacionista. Nadie puede justificar, por tanto, que un Observatorio creado, paradójicamente, para observar la realidad de modo sesgado y partidista, siga existiendo.