
Grifols se convirtió ayer en la firma más alcista del Ibex. Sus acciones escalaron hasta un 12% durante la jornada para cerrar la sesión con una revalorización del 6,78%. Ello tras anunciar el laboratorio su intención de desprenderse de parte de su participación en la filial china Shanghai Raas, de la que es el primer accionista con un 26,20% del capital.
La positiva reacción del mercado es lógica ante una venta que, en caso de concretarse, supondrá un punto de inflexión de Grifols respecto a su deuda. No en vano, la firma espera recibir casi 1.400 millones con la desinversión que serviría para reducir un 16% su pasivo actual, que asciende a 9.350,8 millones. Con la operación, Grifols manda un adecuado mensaje al mercado al situar el recorte de la deuda en el centro de su estrategia.