Antonio Garamendi convocó ayer a los vicepresidentes de la patronal CEOE para abordar un cambio en los estatutos. En concreto, la reforma por la que aboga el presidente de los empresarios le permitiría presentarse a una tercera reelección cuando los reglamentos vigentes limitan a dos los mandatos.
Un encuentro al que los presidentes de Cepyme y Foment, Gerardo Cuerva y Josep Sánchez Llibre, ni asistieron. Además, otro de los vicepresidentes, Miguel Garrido de CEIM, tampoco se pronunció sobre la propuesta de Garamendi. Una posición de clara discrepancia que no impedirá que la modificación estatutaria sea respaldada, pero que resulta comprensible con una maniobra que, como poco, resulta incongruente con la posición que el propio Garamendi mostró en 2013.
Entonces, promovió y logró la limitación de mandatos a ocho años que ahora pretende eliminar. Con ello, evitó la reelección de JuanRosell en 2018 y comenzó su mandato en la CEOE. En cambio, ahora pretende aprovechar logros obtenidos, como el reciente acuerdo salarial pactado con los sindicatos que asegura un clima de paz social, y el viento a favor que para la patronal supondría la victoria del PP en las generales para perpetuarse en el poder. Un plan en el que Garamendi lleva trabajando desde hace tiempo.
Así lo indica el hecho de que haya frenado el relevo en la presidencia de la Comisión de Régimen Interno, el órgano de CEOE que estudia los cambios estatutarios, manteniendo en el cargo a Pilar González de Frutos, uno de sus grandes apoyos, pese a que ya no sea presidenta de Unespa. Una muestra más que evidencia las maniobras de Garamendi que, de momento, generan una importante división en la patronal de los empresarios.