
Repsol compra el megayacimiento estadounidense de Blacktip, situado en el Golfo de México. Esta inversión supone un importante refuerzo a su cartera, ya que se trata de uno de los mayores descubrimientos de los últimos cinco años, con una capacidad de 200 millones de barriles.
Una operación que se une a la reciente adquisición del 49% de la participación de 46 bloques de exploración en Alaska y que afianzan a la petrolera en uno de sus mercados principales. Pero, además, la compra responde a la estrategia de Repsol en este negocio de centrarse en zonas estratégicas (ha reducido su presencia de 25 a 14 países).
Con ello impulsa una reorganización de su cartera de activos de exploración y producción con la vista puesta en la salida a bolsa del área en 2026.