Opinión

El país con más paro de Europa

España es el país con más paro de Europa y el gobierno parece estar contento con los resultados de su política laboral y de empleo que se reduce, junto a algunos artificios de propaganda, a subir el salario mínimo una vez al año y a maquillar las estadísticas, esconder cifras y confesar que "no tenemos ese dato". El gobierno de la igualdad no nos dice que las mujeres sufren más que los hombres el paro; el gobierno de la transparencia no nos dice los datos de los fijos discontinuos; el gobierno del escudo social mantiene la mayor tasa de desempleo juvenil de toda Europa.

Los últimos datos de Eurostat, publicados el día 9 de enero, y que la EPA conocida ayer corroboran, vuelven a situar a España como el peor país de la Unión europea en lo que se refiere a las cifras de desempleo. Esta destacada posición de último de la fila, de furgón de cola en materia de paro no se corresponde con el triunfalismo falso de los responsables políticos de los ministerios de Trabajo y de Seguridad Social. España tiene más del doble de paro que la media europea y es junto con Grecia, el único que supera el 10 por cien de parados. Tradicionalmente, Grecia ocupaba la última posición en esta dura estadística. Pero España ya ha conseguido colocarse también por detrás de este país y con un 12,4 por cien de desempleados, se convierte en el país en que es más difícil encontrar y conservar un empleo.

Esto en cuanto a cifras totales, porque cuando se pone el foco en el paro juvenil, donde España ha sido siempre la última del ranking, se aprecia que 2022 se cerró con una tasa del 32,3 por cien, esto es, muy por encima de la media europea del 15,1 por cien. Y en cuanto se atiende al sexo, en España el paro entre las mujeres es un 4,4 por cien superior al paro entre hombres.

Con estos datos, resulta evidente que al Gobierno se le están escapando las cifras y que la distancia con las cifras europeas coloca a España no solo como la última del pelotón, sino la última muy descolgada, es decir, como una rémora para las propias estadísticas europeas, porque en Europa, cuatro de cada diez jóvenes parados son españoles. Es decir, el 40 por ciento del paro juvenil europeo lo aporta España.

Pero también se le escapan las políticas de igualdad, porque el desempleo afecta a más mujeres que hombres. La igualdad en el mercado laboral no parece ser asunto ni del Ministerio de Igualdad, que está para jugar con otras cosas, ni del propio Ministerio de Trabajo, que se muestra muy satisfecho con las cifras porque "el paro desciende". Naturalmente, si en las estadísticas se contaran las personas inactivas entre contratos que están efectivamente paradas y que cobran subsidio de desempleo y las personas en ERTE, las cifras del paro no solo no habrían bajado sino que mostrarían claramente un aumento. Hay consenso en considerar que, al menos, medio millón de parados que deberían constar en las cifras, no aparecen por la magia del lenguaje ya que "no están en paro, sino que están inactivos", una semántica engañosa que ni siquiera sirve para evitar que, según las cifras de Eurostat, España sea el país con más paro de Europa.

Mientras tanto, su directa responsable, la ministra Díaz, está ocupada en resolver el crucigrama de su futuro político, construyendo un "espacio de escucha", un frente amplio, un partido político donde situarse, es decir, asegurándose que no le falte un empleo después de las próximas elecciones. Porque de eso se trata, de no quedarse en paro.

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