
Por encima de los intereses nacionales, por encima de la legalidad y por encima de los principios constitucionales, Pedro Sánchez no ha dudado en ceder al chantaje de ERC para suprimir el delito de sedición en el Código Penal y reformar el delito de malversación para dejar impunes a Oriol Junqueras, Puigdemont y el resto de los condenados por el golpe de Estado en Cataluña del 17-0. Una ignominia a la que se ha sumado esta misma semana la claudicación ante la extorsión de Bildu para retirar a la Guardia Civil de Navarra al transferir las competencias de Trafico a la Comunidad Foral, además de regalares 1.250.000 euros para la digitalización de las radios y para la promoción del circo en euskera. Sólo para mantenerse un año más en el poder.
Pero además de indignos y alevosos, los Presupuestos para 2023 avalados por los enemigos de España lejos de tener un carácter social y de ser las cuentas que el país necesita para recuperar el pulso de la economía son electoralistas, insolidarios, engañosos, nocivos para la reducción del déficit y la deuda, perjudiciales para el crecimiento y el empleo y utópicos e irrealizables en sus previsiones.
Así, durante el debate de las enmiendas, el PSOE y Podemos, siguiendo las órdenes de Moncloa, han rechazado todas las propuestas de los grupos parlamentarios que proponían rebajas del IVA para los alimentos básicos, productos sanitarios, servicios funerarios, veterinarios o de peluquería y en las obras de adaptación para discapacitados, además de las que, solicitaban deflactar la tarifa del IRPF, incorporaban ayudas a los emprendedores, a las pymes y a los autónomos y que demandaban planes de asistencia para las personas sin hogar, para los parados de larga duración y un fondo de asistencia para el empleo juvenil. Y la misma negativa recibió el plan de ayudas comedor para los niños de familias vulnerables.
El Presupuesto incide también en la política de limosnas y subsidios. Que no otra cosa son ese cheque para madres o la prolongación de los bonos gratuitos de Renfe. Medidas que lejos de favorecer a los más desfavorecidos son generalizadas y afectan igual a las familias en paro o en riesgo de exclusión que a las grandes fortunas.
Y lo mismo ocurre con la subida del sueldo de los funcionarios que si se aplican las variables contempladas puede llegar hasta el 5,9%, o con el aumento de las pensiones en torno al 8% con un coste de 17.000 millones para las arcas del Estado. Medidas insolidarias porque afectan por igual a las pensiones y salarios más bajos como a los más altos, además suponer una discriminación a los trabajadores del sector privado a los que se exige moderación mientras se suben los impuestos.
Porque entre las medidas fiscales más relevantes que acompañarán a los Presupuestos figura la subida de un punto, hasta el 27%, en la tributación de las rentas del capital en el IRPF superiores a 200.000 euros, y para las plusvalías superiores a 300.000 euros, se elevará hasta el 28%, dos puntos más, mientras que la rebaja en este impuesto sólo afecta a las rentas por debajo de 21.000 euros, lo que excluye a las clases medias y trabajadoras. Y por lo que hace al IVA, la rebaja del tipo del 10% al 4% sólo afecta a los productos de higiene femenina, a los preservativos y los anticonceptivos no medicinales, artículos que para el Gobierno son más importantes que los alimentos básicos, las medicinas o los libros de texto.
Respecto al cuadro macro, sólo un dato, mientras que la previsión de subida de los impuestos se estima en un 8% para el año próximo el gobierno rebaja el crecimiento de la economía a sólo el 2,1%, previsión que además parece utópica e irrealizable cuando todos los analistas y servicios de estudios hablan de un crecimiento en el entorno del 1%. El último el Banco de España que prevé un 1,4% como máximo, 7 décimas por debajo de los augurios del gobierno.
Eso sí, nada de recorte de gasto en ministerios o de reducir el número de asesores y amiguetes enchufados mientras el Gobierno y lo que queda del PSOE vacían los bolsillos de los españoles y se ensucian las manos traicionando la unidad de España y la memoria de los socialistas asesinados y el resto de las víctimas de ETA.