
Durante los últimos años las valoraciones de los activos han crecido más que los beneficios de las empresas, gracias al apoyo monetario de los bancos centrales y la recuperación bursátil iniciada tras la crisis de 2008.
Pero este comportamiento ha hecho que los multiplicadores a pagar crezcan y se distorsionen en muchos sectores. Este curso está corrigiendo estos desequilibrios. Así lo indica el hecho de que las firmas más baratas del Ibex saquen 12 puntos de rentabilidad a las más caras por PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de los títulos). Esta normalización de la renta variable debe ser tenida en cuenta por el inversor, ya que muestra que comprar barato casi es sinónimo de evitar las pérdidas en un año muy exigente para las bolsas.