La negativa del Gobierno, a través de la Sepi, a aprobar la ayuda de 249 millones a Abengoa aboca a la ingeniería sevillana a su liquidación. A ello contribuye también que el fondo estadounidense Terramar anuncia la retirada de su oferta por el 70% del capital, que supondría una inyección de 200 millones para la compañía.
Ambas decisiones dejan a la firma presidida con una deuda de más de 5.900 millones y cerca de protagonizar la segunda mayor quiebra industrial de España, tras Martinsa. Una situación a la que se ha llegado tras una serie de nefastas decisiones de gestión que tendrán un alto coste para todos. De hecho, el concurso de Abengoa supondrá un impacto de 900 millones para las arcas públicas y un daño irreparable en la economía de Andalucía.