
El precio de la vivienda nueva sigue subiendo, hasta el punto de alcanzar los niveles del boom inmobiliario. No obstante, la fotografía del mercado de segunda mano es muy diferente, ya que refleja una caída del 9% respecto a la burbuja de 2008.
Es cierto que la alta demanda y la mejor calidad de la casas explica la subida general de los precios del 33% frente a 2007. Pero la divergencia entre vivienda nueva y usada deja patente que el sector sigue lastrado por la falta de suelo disponible para nuevas promociones, cuya liberación sigue frenada por importantes trabas burocráticas. Es preciso, por tanto, eliminar dicho problema para corregir el desequilibrio que existe entre oferta y demanda. Solo así caerán los precios y se impulsarán las inversiones.