El mayor repunte en décadas de la inflación está forzando al BCE a endurecer su política monetaria, lo que generará un encarecimiento de las condiciones de financiación.
Ante este exigente panorama, el Ibex destaca desde un punto de vista positivo, ya que el apalancamiento del conjunto del índice (excluyendo firmas financieras y socimis) es menor a dos veces su ebitda, el nivel más bajo desde 2006. Este bajo ratio refleja que la práctica totalidad del Ibex ha aprovechado el largo periodo de tipos al mínimo para reducir la mochila de la deuda. Gracias a esta adecuada estrategia, y al contrario de lo ocurrido con la crisis financiera, las grandes cotizadas nacionales llegan en una excelente posición para enfrentarse al encarecimiento del precio del dinero.