
Europa tiene mucho que ofrecer: diversas culturas, excelentes sistemas educativos, una mano de obra altamente cualificada, una aplicación de la ley muy fiable y el mercado único más grande del mundo, entre otros. Sin embargo, llegar a un acuerdo a menudo puede ser un proceso tedioso y lento en Bruselas, si es que finalmente se produce. Con demasiada frecuencia, los europeos perdemos un valioso tiempo en este proceso. Y eso es una desventaja para las empresas europeas y, posteriormente, para las economías de los Estados miembro. Una desventaja que no podemos ni debemos permitirnos en la actual competición con las principales economías mundiales. El nuevo término legislativo y un nuevo liderazgo son una oportunidad para que Europa y sus responsables políticos cambien esto, una oportunidad para defender el multilateralismo y la reciprocidad y hacerlo con una única voz. Para lograrlo de una manera global, necesitamos construir puentes y no cazar brujas. Los acuerdos deben evolucionar sobre la base de escenarios win to win de confianza e inclusión, más que sobre el nacionalismo y proteccionismo.
Hay mucho por hacer, pero creo que se necesitan urgentemente cinco acciones para fortalecer Europa y evitar que se quede atrás en el actual escenario económico y político mundial.
En primer lugar, el cambio climático es el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad. Es bueno saber que la "próxima generación" entiende que esto es un asunto realmente sensible para ellos. Y aunque la concesión de la urgencia y un diagnóstico adecuado es un punto de partida importante, la terapia y la prevención posterior son las que cambiarán realmente las cosas para mejor en nuestro complicado ecosistema. Y, ¿por qué no verlo como una oportunidad para que la industria europea sea el líder mundial en tecnologías medioambientales? Necesitamos estas tecnologías para cumplir nuestros propios objetivos climáticos. Las fuentes de energía renovables deben integrarse en el conjunto de la economía, no sólo en el ámbito de la movilidad, sino también en los edificios y la industria.
Los acuerdos deben basarse en la confianza y no en el nacionalismo y proteccionismo
Si realmente queremos alcanzar la neutralidad climática de la UE para 2050, necesitamos mucho más que debatir sobre cuántos vuelos debemos cancelar o cuál debería ser el porcentaje de coches eléctricos en un momento determinado. Debemos desbloquear todo el potencial de la integración sectorial, ya que vivimos en un ecosistema global conectado. Todos los sectores deben colaborar estrechamente para desarrollar soluciones que tengan sentido económico y mejoren la competitividad.
En los últimos cinco años, Europa se ha centrado en "primero la eficiencia energética". Desde mi punto de vista, creo que debemos ir un paso más allá y poner el foco en "primero la eficiencia del sistema". Tomar la iniciativa en el desarrollo de tecnologías medioambientales es una gran oportunidad para Europa.
En segundo lugar, muchas naciones tienen un "plan de desarrollo económico". Por ejemplo, China tiene el "Hecho en China 2025", India tiene "Hacer en India" y Arabia Saudita está persiguiendo su "Visión 2030". Todos estos países y muchos más cuentan con estrategias económicas nacionales. ¿Y Europa? Necesitamos un plan para Europa y empezar a hablar con una sola voz. Entonces, otras economías estarán más dispuestas a acordar condiciones de igualdad y acuerdos comerciales recíprocos. Todos los estados miembros de la UE se beneficiarán de eso. Por eso pido que se establezca una ventanilla única que coordine la diplomacia económica exterior y la política comercial para finales de 2020.
En tercer lugar, es crítico invertir en nuevas tecnologías. Hoy en día, el poder innovador determina el bienestar de las sociedades y crea y asegura puestos de trabajo e incluso liderazgo en geopolítica y geoeconomía. Si los europeos queremos poder competir internacionalmente, debemos invertir mucho más en nuevas tecnologías, y hacerlo de una manera mucho más estratégica.
La Inteligencia Artificial, el medio ambiente y las tecnologías, claves para el desarrollo europeo
Actualmente, Europa está muy rezagada en el área de Inteligencia Artificial (IA) en comparación con los EE. UU. y China; ambos están invirtiendo significativamente más. Lo mismo se aplica al despliegue de IA: menos del 10 por ciento de las empresas industriales alemanas utilizan la IA en las operaciones comerciales. Esto es alarmante. Claramente, el sector privado debe invertir mucho más en IA. El objetivo debería ser de 15.000 millones de euros para 2024, es decir, un aumento del 30 al 40 por ciento por año.
En cuarto lugar, no hay duda de que Europa es uno de los mercados más atractivos del mundo. Pero, desafortunadamente, esto es sólo una verdad a medias. Si observamos el marco regulatorio, las desventajas se hacen evidentes rápidamente. Varios sectores se están quedando atrás. Necesitamos modernizar las reglas de competencia lo más rápido posible. No nos faltan investigaciones excelentes, pero nos resulta difícil probarlas y ponerlas en la práctica. Esto requiere una acción decisiva de la política, los negocios y la sociedad. Necesitamos más espacio experimental y coraje para probar cosas. Mi llamamiento es crear un marco modernizado para la ley de competencia de la UE para 2022, un marco que tenga en cuenta estos puntos e implementarlo en toda Europa en 2024 como tarde.
La quinta acción es preparar a los ciudadanos para la vida digital. Las habilidades digitales son vitales para el futuro de Europa. Sin embargo, a pesar de lo buenos que son nuestros sistemas educativos, la noción de que el aprendizaje debe durar toda la vida todavía no se ha abordado realmente. Los títulos académicos y los certificados de formación profesional no siempre pueden transferirse de un estado miembro de la UE a otro. Deberíamos asegurarnos de que nuestros sistemas educativos respeten estándares comunes para que los logros académicos y los certificados de capacitación sean reconocidos en toda Europa. Finalmente, deberíamos aumentar la colaboración entre los sectores público y privado y asegurarnos de que el 50 por ciento de la fuerza laboral industrial de Europa tenga un buen conocimiento de aplicaciones de inteligencia artificial y habilidades digitales avanzadas.
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