
La fría mirada, sostenida durante un largo rato, entre el exdirigente de la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) y preso del procés, Jordi Sánchez, y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, es una de las fotos que quedan para el recuerdo de las sesiones constitutivas del Congreso.
La instantánea refleja la tensión entre la España independentista, encarnada por los políticos presos como Sánchez, Oriol Junqueras, Jordi Turull o Josep Rull y la inmensa mayoría del hemiciclo que defiende la unidad nacional.
Elisenda Paluzie, que desde el pasado 24 de marzo es la nueva presidenta de la ANC, protagoniza también el pulso que desde la Cámara de Barcelona protagonizan los empresarios independentistas frente al resto. Paluzie aprovechó el cambio del reglamento por parte de la Generalitat para introducir el voto electrónico y hacerse con el control de la lista de la vetusta institución barcelonesa.
La ANC movilizó a los pequeños empresarios que piensan como ellos para votar, lo que bloqueó durante días el obsoleto sistema de la Cámara. Muchos empresarios no nacionalistas desistieron de participar, ante las dificultades para hacerlo a distancia. Pero el ejército de partidarios de la ANC, perfectamente advertidos y organizados por Paluzie, tuvieron la paciencia de esperar el momento para depositar su voto.
Los números no son clamorosos, unos 18.000 miembros sobre un censo de 340.000 lograron depositar su papeleta. Apenas el 4 por ciento del censo participó en el sufragio. Pero los porcentajes sí son significativos: los seguidores de la ANC lograron 31 de los 40 vocales, casi el 90 por ciento de representación.
Una vez más, la movilización promovida por organizaciones como la ANC venció sobre la España silenciosa, que no se manifiesta.
El nuevo presidente, Joan Canadell, propietario de una pequeña red de gasolineras cuyo emblema se asemeja a la Estelada , quiere convertir la Cámara en una máquina de propaganda independentista. Para ello, pondrá a su prestigioso servicio de estudios a trabajar, para mostrar la viabilidad de la independencia, según manifiestan sus adeptos.
Como institución enraizada en la vida de los barceloneses desde su fundación en 1886, la Cámara forma parte del proceso de selección del presidente de la Fira de Barcelona o del Consorcio Turisme de Barcelona. Y lo que es más importante, desde julio de 2020 designará a uno de los 13 miembros del Patronato de la Fundación La Caixa, propietario de CaixaBank y del grupo industrial de Criteria.
"No van a cambiar nuestra orientación, ni torcer las decisiones mayoritarias", aseguran medios cercanos a la presidencia de la Fundación , ejercida por Isidro Fainé, aunque no disimulan su enfado y su inquietud por la presencia de un independentista entre los miembros del órgano ejecutivo.
La ANC consigue así meter un caballo de Troya entre los empresarios. Hasta ahora, su presencia se re-ducía a Cecot una patronal minoritaria. Las miradas están puestas en el proceso de reelección del Cercle de Economía, otra prestigiosa institución de estudio y reflexión. Su presidente, Juan José Brugera, adelantó los comicios para que no coincidieran con la sentencia del procés y el posible anticipo de las autonómicas en Cataluña.
El número de socios del Cercle es de solo 1.250, con lo que se confía en que finalmente sea elegido un directivo sensato, como ya ocurrió en Foment del Treball, al frente del que está el unionista Josep Sánchez Llibre. El candidato de consenso es Javier Faus, presidente y fundador de Meridia Capital, una persona centrada en el progreso de Cataluña. De esta manera, se espera evitar otro gol del independentismo.
La tensión es y seguirá siendo también la protagonista del conflicto comercial entre China y Estados Unidos. Esta semana se abrió un capítulo nuevo con las sanciones al gigante Huawei. En este caso, el problema de fondo es que Estados Unidos perdió la carrera por el 5G. La base sobre la que se cimentarán las comunicaciones digitales del futuro inmediato. El coloso americano tiene a Cisco y Europa cuenta con Ericsson y Nokia, pero con una tecnología menos avanzada que Huawei.
La tecnología es la causante de la guerra comercial. Washington ha dado 90 días a Pekín para que claudique y acepte sus premisas. La decisión que tomen Angela Merkel y Enmanuel Macron sobre si plegarse a las exigencias de Donald Trump o seguir comprando la tecnología de Huawei va a ser decisiva para el desarrrollo del 5G en Europa. Si se mantienen firmes frente a Trump, se exponen a que éste adopte sanciones contra Bruselas. Si claudican, sufrirán un grave retraso en el despliegue del 5G.
La guerra se juega a varias bandas y su resolución no parece cercana. El mandatario chino, Xi Jinping, aún no ha dado a conocer sus represalias. La mayoría de los smartphones americanos lleva componentes chinos y este país representa por sí solo el 15 por ciento de las ventas mundiales de Apple. Trump puede prohibir a Microsoft o Intel que sus componentes equipen apartados chinos.
Las tensiones golpean a la economía europea, ya muy débil comparada con la americana, pese a los signos alentadores de las últimas semanas. La proximidad de los comicios europeos este fin de semana, en el que el auge de los populismos puede marcar la pauta, también determinará el comportamiento de los mercados, así como de la confianza. El panorama sigue siendo oscuro.
PD.- Lo que no son cuentas, son cuentos. Con este atractivo titulo el exministro de Industria, Álvaro Nadal, logró reunir a la vieja guardia del pensamiento económico del anterior Ejecutivo, encabezado por Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría o Fátima Bañez. Igual de sustanciosas que el texto del libro resultaron las confidencias del exministro, que denunció las presiones de algunos empresarios y de algún expresidente del Gobierno para lograr dádivas oficiales. Aunque Nadal no dio nombres, tampoco hay tantos expresidentes populares para imaginarse a quién se refería. El ajuste de cuentas entre aznaristas y rajoyistas está destruyendo el PP desde que Pablo Casado tomó el mando.