
Los preacuerdos alcanzados por el Gobierno de Pedro Sánchez con los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, para derogar lo que ellos consideran los "aspectos más lesivos" de la reforma laboral han puesto en alerta a la CEOE cuyos máximos dirigentes preparan una ofensiva para evitar esa "contrarreforma" que advierten provocará una importante destrucción de puestos de trabajo y que algunos, como el presidente del Instituto de Estudios Económicos y expresidente de la Comisión de Economía de la patronal califican ya de "operación desnortada" y "empleicidio".
"Esto es lo que está ocurriendo y lo que va a ocurrir a lo largo del año", vaticinaba el presidente de la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA, Lorenzo Amor, integrada ya en la CEOE, durante los desayunos de The Experience Club, quien alertaba, además, de la fuerte caída del empleo autónomo "que nos devuelve a 2012" y que apostillaba con un dato escalofriante: "Unos 70.000 comercios de toda España van a cerrar sus puertas durante los próximos cinco años", citando datos de la organización empresarial.
Las negras previsiones de Amor se veían confirmadas por el propio presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien ha avisado de que "si no se toman medidas que favorezcan la competitividad de las empresas españolas tendremos problemas para crear empleo", al tiempo que recordaba que el 90% del empleo en España lo crean las empresas privadas.
Rechazan también desde la patronal que la precarización del empleo tenga que ver con la reforma laboral y para combatir este problema piden al Ejecutivo "un nuevo modelo de relaciones laborales adaptado a los nuevos tiempos que marcan la digitalización y las nuevas tecnologías".
Los empresarios apoyan también sus malos augurios sobre el empleo en los últimos informes de la Unión Europea, el Banco de España, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF), FUNCAS y otras organizaciones y servicios de estudios públicos y privados, que coinciden en definir las causas de esta involución, entre las que destaca la desaceleración económica internacional, "cuyos primeros síntomas ya están llegando a España, pero que en nuestro país se agravan por la caída en la confianza de los consumidores y las medidas del Gobierno, tanto las ya aprobadas como las que se anuncian en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado".
Entre las ya en vigor desde CEOE se destaca el impacto negativo de la subida del salario mínimo en un 22,3%, que implica además un aumento similar en las cotizaciones a la Seguridad Social. Una decisión que el Ejecutivo adoptó para contentar a sus socios de Podemos, y que el Banco de España estima va a suponer la destrucción de 125.000 empleos. Cifra que el que fuera ministro de Economía con Felipe González, Carlos Solchaga, rebaja a 60.000, igualmente escandalosa, mientras calificaba de "disparate" esta subida.
Y nadie discute la necesidad de subir este salario mínimo, sino el haberlo hecho de golpe, cuando la lógica y la sensatez aconsejaban una subida gradual en tres o cuatro años. "Si un autónomo o un pequeño empresario tiene aumentar un 22,3% el sueldo y en otro tanto las cotizaciones sociales sin que pueda incrementar sus ingresos en la misma proporción para hacer frente a la subida, no le quedará más remedio que reducir gastos a través del empleo", apuntaba Lorenzo Amor.
Por cierto que la Junta Directiva de ATA se ha dado un paso más para reforzar su integración en la CEOE al nombrar vicepresidente de la asociación de autónomos al presidente de la Confederación Española de Asociación de Jóvenes Empresarios (CEAJE), Fermín Albadalejo.