Opinión

Una fusión de bajos vuelos

El sector bancario comienza a moverse. España tiene alguno de los bancos líderes en rentabilidad en Europa, pero eso sólo afecta a un grupo escogido de entidades. El resto está ubicado en un tamaño medio-pequeño y carece de herramientas para hacer frente a la globalización y a la competencia que vendrá de las tecnologías de las Fangs (Facebook, Amazon o Google).

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advirtió esta misma semana de que la banca mediana no está preparada ante la fuerte competencia proveniente de Internet. Además del llamamiento a la prudencia en la concesión de créditos al consumo.

Con excepción de los tres grandes del sector (Santander, BBVA y CaixaBank) el resto de entidades son candidatas a explorar vías de integración. Las dificultades que tuvo Sabadell con su filial británica TSB dispararon los rumores sobre una gran operación corporativa con otra entidad española, que finalmente no se confirmaron.

El presidente del Sabadell, Josep Oliu, reconoció recientemente que buscará la fusión de su banco británico una vez que éste vuelva a la rentabilidad.

La entidad presidida por Manuel Menéndez no escondía su interés por ganar dimensión desde que fue objeto de ataques bajistas, que redujeron a menos de la mitad su valor

El problema es que las tres grandes entidades financieras españolas no quieren oír hablar de más compras. CaixaBank acaba de absorber a su filial portuguesa BPI y Santander tuvo que hacerse cargo de Popular para salvarlo de la quiebra. BBVA tiene ya bastante con las dificultades en México y en Turquía. Además, su nueva cúpula está aún pendiente de lograr el beneplácito del BCE. El interés de las entidades extranjeras es prácticamente inexistente.

En estas circunstancias, la banca mediana tendrá que fusionarse entre sí, como ponen de manifiesto las conversaciones entre Liberbank y Unicaja. La entidad presidida por Manuel Menéndez no escondía su interés por ganar dimensión desde que fue objeto de ataques bajistas, que redujeron a menos de la mitad su valor.

Unicaja sufrió un debate interno entre su anterior presidente, Braulio Medel, y el actual, Manuel Azuaga, sobre la conveniencia de su salida a bolsa para preservarla de posibles ataques especulativos. La presión sobre los márgenes en un contexto de tipos cero impide mejorar la curva de rentabilidad sobre el capital, los famosos Roes de la banca. Hernández de Cos advirtió de que las entidades no pueden esperar a que suba el precio del dinero. Las perspectivas de alza de los tipos de interés se han aplazado más allá de 2020, pese a que el presidente del BCE, Mario Draghi, anunció esta semana el fin de las compras masivas de bonos europeos.

La cuestión es si unir el octavo y el décimo banco españoles es suficiente, porque la entidad resultante sería la sexta en el ranking

Las trabas regulatorias de todo tipo y las fuertes exigencias de capital implantadas por el BCE para evitar quiebras lastran la competitividad de las entidades y complican su futuro.

Azuaga llevaba razón cuando defendía la salida a bolsa de Unicaja, porque facilita una fusión al tener un precio de mercado, al igual que Liberbank. La cuestión es si unir el octavo y el décimo banco españoles es suficiente, porque la entidad resultante sería la sexta en el ranking, apenas un puesto por delante del que tiene ahora la andaluza Unicaja.

Las uniones de las cajas de ahorro no impidieron su quiebra, sólo sirvieron para ocultar en un primer momento sus problemas. Además, las sinergias suelen incumplirse a medio o largo plazo, mientras que no se producen ahorros de costes inmediatos.

Liberbank y Unicaja encajan casi como un guante, porque apenas el 10 por ciento de sus oficinas son redundantes o están duplicadas. Pero ello reduce el ahorro de costes.

Algunos intentan sumar a este movimiento a Ibercaja, una de las entidades más eficientes. Por eso quizá la entidad aragonesa presidida por José Luis Aguirre acelera los pasos para su debut en el parqué.

Si la fusión se hace para tapar agujeros o si el entendimiento entre Azuaga y Menéndez es de pose para la foto, todo acabará en un fracaso estrepitoso

Menéndez ya intentó unirse en matrimonio con Kutxabank, pero fracasó por las trabas políticas puestas por el PNV, que aún controla a través de una fundación las riendas de la entidad. La operación le costó la cabeza a su promotor, Mario Fernández, que fue sustituido por Gregorio Villalabeitia.

El reto de cualquier fusión está en el entendimiento de sus presidentes. La historia muestra que es muy difícil dirigir una empresa entre dos. Emilio Botín y José María Amusátegui acabaron tirándose los trastos a la cabeza en el Santander Central Hispano, al igual que Emilio Ybarra y Francisco González en BBVA-Argentaria.

El presidente de Unicaja, que llevará la voz cantante, exige la presidencia ejecutiva de la nueva entidad mientras que Menéndez sería un consejero delegado con poderes limitados. Probablemente sea necesario pactar un calendario de retiros para preservar la paz.

Azuaga saca más de diez años a Menéndez, lo que debería facilitar una sucesión ordenada entre ambos, en caso de que se culmine el acuerdo. Si la fusión se hace para tapar agujeros o si el entendimiento entre Azuaga y Menéndez es de pose para la foto, todo acabará en un fracaso estrepitoso. Como se sabe, no todo lo que reluce es oro.

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Comentarios 1

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Pedror
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En Contra

El artículo contiene inexactitudes: Ibercaja es la entidad más ineficienciente según la evaluación EBA a junio/18 del sistema español. La entidad resultante sería la 6º por vumen de activos.

Es una compra lí²gica que arrastrará a Ibercaja y acabará siendo la tabla de salvación para el BDE por algún zombie de verdad, de la que nunca se habla, como es Cajamar: mora alta, poca cobertura, mala eficiencia y capital justito.

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#1