
La última reunión del año del BCE cumplió con la expectativa de anunciar el fin del programa de compras masivas de deuda, en lo que se refiere a nuevas emisiones. El eurobanco tampoco defraudó al anunciar que los estímulos seguirán vigentes en forma de reinversión en el mercado de bonos de los recursos que liberen los vencimientos de los activos a más corto plazo.
Pero el BCE sí sorprendió al asegurar que estas reinversiones se prolongarán sine die. Fráncfort se muestra precavido ante la evolución económica de la eurozona y, de hecho, rebajó por tercera vez sus previsiones sobre el PIB. En este contexto de debilidad no sólo se descarta una retirada rápida de los estímulos monetarios. Además, todo apunta a que la primera alza de tipos puede demorarse a 2020.