
Los test de estrés que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) publicará el próximo 2 de noviembre deberían reflejar una imagen fiel del sistema financiero europeo. El problema es que dichos exámenes obvian aspectos impredecibles, como la crisis turca e italiana, o el impacto que en el sector bancario español podría tener la retroactividad del impuesto a las hipotecas. Solo contemplan un escenario en el que las entidades paguen el tributo a partir de ahora.
Pero todavía habrá que ver el efecto negativo que para el sector puede tener la decisión que el Supremo tomará el 5 de noviembre. La sentencia, por tanto, podría dejar en papel mojado los previsibles buenos resultados que obtendrán los bancos españoles, debido a los esfuerzos ya realizados durante la crisis.