
El sector financiero español prevé que el próximo mes arroje un récord en contratación de hipotecas. Es una expectativa razonable, considerando que será entonces cuando el Supremo habrá aclarado si los clientes o los bancos deben pagar el Impuesto de Actos Jurídicos.
Ahora bien, resultaría ingenuo pensar que nada cambiará en el mercado. Existen muchas posibilidades de que el Tribunal libere al cliente de esa obligación y es lógico que las entidades repercutan esta nueva carga en sus tipos de interés.
De hecho, ya se espera una subida del 5 por ciento en los diferenciales. Pero los encarecimientos pueden ser mayores, debido a la perniciosa incertidumbre que se ha abierto y que abre la puerta a que se puedan impugnar judicialmente todo tipo de gastos hipotecarios.