A Dia se le acumulan los problemas. La debacle en bolsa suma ahora el hecho de que sus franquicias reactivan la lucha legal y anuncian nuevas querellas. No puede extrañar que la agencia Moody's rebaje su deuda a bono basura. La caída del rating complica aún más la situación de Dia, que debe reaccionar de manera inminente.
El problema es que hasta el momento la firma no ha sido capaz de actuar para resolver sus grandes problemas. Lo demuestra el conflicto con los franquiciados, que lleva abierto desde hace más de un lustro, y que, lejos de frenarse, se activa. Ahora el mercado exige a Dia de manera urgente una hoja de ruta clara que permita subir ventas y márgenes. La compañía deberá cambiar su lentitud habitual y dar pronta respuesta a esta demanda.
