
La revisión a la baja de sus previsiones y la cancelación del dividendo provoca que la acción de Dia se desplome un 47% en solo dos días. Con la idea de frenar la sangría, la cadena prepara un severo plan de ajuste, que incluirá reducción de plantilla y cierre de tiendas no rentables.
Sin duda, la firma debe tomar decisiones duras para frenar el deterioro de sus márgenes, su gran fortaleza, que este año se quedará por primera vez por debajo del 5%. Con todo, la grave situación por la que Dia atraviesa exige medidas más profundas que lleven a una revisión total de su modelo de negocio. Solo con una hoja de ruta clara y creíble sobre el futuro de su negocio podrá generar una certidumbre en el mercado, de la que carece en la actualidad.