Opinión

Dificultad para abaratar el crédito

Foto: Dreamstime.

España se convierte en el país europeo con los créditos más caros tanto en préstamos al consumo como hipotecarios. En el primer caso, los tipos se sitúan en el 7,35%, y en el segundo llegan al 1,88%.

Puede sorprender esta evolución, sobre todo en el caso de las hipotecas, donde las entidades están inmersas en una guerra comercial para atraer clientes.

Sin embargo, hay varios factores que explican esta realidad. En primer lugar actúa un claro efecto estadístico. Así, no se puede afirmar que en España los bancos disparen los intereses, de hecho aún hay meses en que los han reducido; lo que ocurre es que hay países, como Italia en los que esa reducción está siendo especialmente rápida.

Por otro lado, también influyen los efectos de las nuevas políticas comerciales. En hipotecas, cada vez está más extendida la oferta de créditos a tipo fijo, que ofrecen más seguridad al cliente pero a cambio de un interés mayor. Influyen, por tanto, factores puramente coyunturales.

Sería un error ignorar que también actúan fuerzas de más calado que hacen muy difícil que el crédito pueda abaratarse. Por un lado, se encuentra el cambio de política del BCE.

El eurobanco retirará sus estímulos monetarios en diciembre y es previsible que a finales de 2019 lleguen las primeras subidas de tipos. En segundo lugar, las entidades españolas todavía necesitan reanimar su ratios de rentabilidad, por lo que no pueden permitirse fuertes reducciones del precio del crédito.

En este contexto, resultaría especialmente perjudicial alimentar estas tendencias al alza con nuevos impuestos, un riesgo que aún existe ya que el Gobierno descarta de momento crear una tasa bancaria pero sigue defiendiendo un gravamen para las transacciones financieras.

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