Opinión

Una mejora laboral aún pendiente

El número de personas contratadas a tiempo parcial en España llega a un récord: 2,89 millones. Es ésta una modalidad de empleo que se asocia con rapidez a la precariedad, lo que no siempre responde a la realidad. 

Aceptar una jornada de trabajo reducida constituye un recurso que miles de personas demandan para conciliar su actividad laboral con sus exigencias familiares o de formación. Es más, entre los mayores de 65 años constituye la opción preferida para quienes desean prolongar su actividad. Ahora bien, resulta innegable que también existe un alto porcentaje de trabajadores a tiempo parcial contra su voluntad.

El volumen de ese subempleo es mayoritario en España, ya que equivale al 54,2% del total de empleados con jornada reducida. El descontento crece de forma clara desde el 33,6% que representaba antes de la crisis. Sin duda, una parte de esa insatisfacción proviene de los afectados por el uso fraudulento del empleo a tiempo parcial.

Por ello, resulta bienvenido el plan que Trabajo ha puesto en marcha este mes para combatir ese tipo de prácticas. Pero, más allá de las irregularidades, debe reconocerse que la recuperación del empleo en España presenta algunas debilidades, como ha sido el alto crecimiento del empleo a tiempo parcial y temporal.

La solución a ese problema no pasa por extremismos como la derogación de la reforma laboral o la renuncia a sus aspectos más efectivos, como la flexibilidad en materia de contrataciones.

Es posible por el contrario mantener esas líneas maestras y combinarlas con un reforzamiento en otras áreas, en concreto el fomento de la formación o de las políticas activas de empleo, para mejorar la calidad de los puestos de trabajo creados.

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