Opinión

Expectativas todavía negativas para el bono

El verano de 2018 ha quedado marcado por la inestabilidad que la guerra comercial de EEUU y la crisis en Turquía han provocado.

De hecho, el nerviosismo de los inversores los llevó a ampararse en la renta fija, por lo que la deuda europea ha visto elevarse sus precios un 1%, un avance que contrasta con los descensos sufridos por las bolsas.

Con todo, pese a esta evolución, conviene moderar el optimismo con respecto al bono. Ni siquiera el buen verano que está atravesando ha cambiado sustancialmente las previsiones que los expertos manejan sobre los riesgos de pérdidas que implica este activo.

A cierre de año se espera un repunte de su rentabilidad, sobre todo en el caso de Portugal, que provocará nuevas bajadas de sus precios.

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