
La renta fija se ha comportado mejor que la bolsa en los últimos tres meses, contra todo pronóstico. La aversión al riesgo que ha provocado el escenario de guerra comercial y el atraso en la expectativa de subida de tipos explican la mayor demanda de deuda europea, tanto pública como privada, que ha impulsado su precio un 1% desde junio, según el índice de Bloomberg que agrupa ambos tipos de bonos (Bloomberg Barclays Euro Aggregate). Una subida de esa magnitud en un periodo tan corto de tiempo, dicen los expertos, es como multiplicar por cuatro o cinco el comportamiento de la bolsa. En el mismo periodo, el Stoxx 600 se ha dejado un 0,7%.
La renta fija se ha comportado mejor que la bolsa en los últimos tres meses, contra todo pronóstico. La aversión al riesgo que ha provocado el escenario de guerra comercial, en stand by hasta que empiecen las negociaciones entre China y Estados Unidos, y el atraso en la expectativa de subida de tipos explican la mayor demanda de deuda europea, tanto pública como privada, que ha impulsado su precio un 1% desde junio, según el índice de Bloomberg que agrupa ambos tipos de bonos (Bloomberg Barclays Euro Aggregate). Una subida de esa magnitud en un periodo tan corto de tiempo, dicen los expertos, es como multiplicar por cuatro o cinco el comportamiento de la bolsa. En el mismo periodo, el Stoxx 600 se ha dejado un 0,7%.
El hecho de que los aranceles impuestos por Donald Trump, primero a China y después a Turquía, puedan tener calado en la economía real, ralentizando el crecimiento a nivel global, ha dejado en segundo plano el contexto de normalización de las políticas monetarias de los bancos centrales. Las mismas que tanto han preocupado sobre el devenir de los bonos, y que han llevado en más de una ocasión a los inversores a deshacerse de este activo para evitar caídas en sus precios. Ahora, en cambio, la perspectiva con la que se afronta la retirada de estímulos es diferente.
"Que acabe el programa de compra de activos en diciembre no quiere decir que el Banco Central Europeo (BCE) deje de seguir adquiriendo bonos en el mercado secundario, y con ello mantenga una presión alcista de los precios", recuerdan desde Unicorp. Al igual que hizo la Fed en 2014, dicen, el BCE dejará de inyectar dinero nuevo en el mercado, pero mantendrá su balance en los niveles actuales. "Sin duda alguna seguirá habiendo un fuerte comprador de bonos europeos en el mercado el próximo año, lo que al menos reduce la posibilidad del estallido de la burbuja de renta fija europea", añaden.
El saldo que deja la deuda europea en el conjunto del año se encuentra, no obstante, prácticamente plano. Apenas se gana un 0,09% desde enero, pero lo cierto es que es uno de los únicos tres tipos de renta fija que aguanta el tipo en lo que va de año. Los otros dos supervivientes son los bonos con alta probabilidad de impago de Estados Unidos, que se apuntan un 1,56% desde el 1 de enero, y la renta fija de Canadá, que suma otro 0,22%. Las mayores pérdidas, por el contrario, se producen en la deuda emergente en dólares, que cede un 3,36% según Bloomberg.
El papel que emiten estos países se ha situado en el ojo del huracán durante las últimas semanas, después de que Turquía se convirtiera en otra serpiente de verano más. El desplome de la lira fruto de la propia crisis económica que atraviesa el país, y también política con Estados Unidos, impulsó un contagio al resto de economías en vías de desarrollo, que caló tanto en la bolsa como en la renta fija, según datos de Bank of America Merrill Lynch (BofA) en los que se pone de manifiesto que en la última semana se produjeron reembolsos en los fondos que invierten en ambos mercados. En el caso de los de renta fija, apuntan, fueron los mayores de las últimas ocho semanas, y pusieron fin a tres consecutivas de entradas.
Un respiro pasajero
Aunque el último trimestre se pueda considerar bueno para la renta fija, las previsiones del consenso de mercado sobre dónde se situarán las rentabilidades de los bonos a diez años a final de año no son nada halagüeñas para el inversor. La expectativa es que todas ellas sean más altas que las actuales, lo que implica, en todos los casos, bajadas de sus precios. Las más acusadas, de cumplirse los pronósticos, se anticipan en Portugal. Si bien el bono luso cotiza ahora en el 1,79%, se espera que llegue a diciembre en el 2,31%, lo que supone minusvalías de más del 4% desde los niveles actuales. En el caso del español se prevén menores, del 1,2%.
El bono de EEUU no amenazará a Wall Street
Si nada lo impide, Wall Street firmará esta semana su racha más larga de la historia. El bono no será ningún impedimento. Según la última encuesta a gestores de Bank of America Merrill Lynch, la rentabilidad de la deuda pública americana deberá llegar al 3,6% para hacer sombra a la bolsa (cota que ha subido desde abril, cuando la situaban en el 3,5%). Se trata de un nivel que no alcanzará, según las previsiones de 'Bloomberg', durante lo que queda de ejercicio. La expectativa es que lo termine en el 3,12% frente al 2,83% actual, que llegue al 3,39% en 2019 y al 3,52% en 2020.