Opinión

Límites del repunte del petróleo

Desde octubre el precio del barril de petróleo no había logrado superar los cincuenta dólares. Parece un buen momento para actualizar el análisis que presenté en enero de 2015.

Entonces, defendí que 50 dólares aproximadamente acabaría siendo el techo a largo plazo del precio del petróleo. Con los precios del crudo todavía por encima de 60 dólares, casi todos creían que 50 dólares sería el fondo. Al fin y al cabo, los mercados de futuros predecían precios de 75 dólares o más, los gobiernos saudí y ruso necesitaban 100 dólares para equilibrar sus presupuestos, y cualquier precio muy por debajo de 50 dólares se creía insostenible porque suponía el cese del negocio para la industria estadounidense del gas de esquisto.

Resulta que el precio del crudo brent sí fluctuó entre 50 y 70 dólares en la primera mitad de año, para después hundirse decididamente por debajo de 50 dólares a principios de agosto, cuando se hizo obvio que el levantamiento de las sanciones a Irán desataría un incremento masivo del suministro global. Desde entonces, el techo del precio del petróleo ha demostrado ser 50 dólares. Ahora que se ha superado ese nivel, ¿se convertirá otra vez en fondo?

Eso es lo que parecen prever muchos inversores. Los fondos de cobertura y otros especuladores ?no comerciales? han incrementado sus posiciones largas hasta un máximo histórico de 555.000 contratos principales de petróleo negociados en el mercado de futuros de Nueva York, frente al registro anterior de 548.000 contratos, justo antes de que el precio del petróleo alcanzara los 120 dólares en junio de 2014. El regreso del entusiasmo especulativo suele ser un signo fiable de que el siguiente gran paso del precio será seguramente hacia abajo. Es más, los argumentos fundamentales son más convincentes que nunca en cuanto a que 50 dólares aproximadamente seguirá siendo el techo del precio, no el suelo.

Todo empieza, como en enero de 2015, observando que el mercado del petróleo ya no está controlado por la potencia monopolista de la OPEP (o el Gobierno saudí y la OPEP). Con las nuevas fuentes de suministro, los avances en tecnología energética y las restricciones medioambientales, el petróleo funciona a partir de un régimen de precios competitivos, como otras materias primas.

Eso sucedió en dos décadas de 1985 a 2004 y el comercio en el mercado puntual durante los últimos 18 meses ha sido consecuente con esta idea. Las operaciones en el mercado de futuros también: el petróleo para su entrega en 2020 ha caído a 56 dólares, de 75 dólares un año antes.

Si este régimen competitivo prosigue, el precio del petróleo ya no estará determinado por las necesidades y deseos de los gobiernos productores. Arabia Saudí o Rusia puede que quieran o incluso ?necesiten? un precio de 70 u 80 dólares para equilibrar sus presupuestos, pero la necesidad de los productores de petróleo de un precio concreto no significa que deban conseguirlo más que los productores de mineral de hierro o cobre puedan lograr el precio que ?necesiten? para seguir pagando los dividendos que sus accionistas esperan o quieran.

Del mismo modo, el hecho de que muchos productores de esquisto, hasta el cuello de deudas, vayan a quebrar si el precio del petróleo continúa por debajo de los 50 dólares no es motivo para esperar un repunte. Estas empresas perderán sus propiedades petrolíferas a los bancos o a la competencia con unas finanzas más sólidas. Los nuevos propietarios se pondrán a bombear petróleo de nuevo de la misma superficie, siempre y cuando los precios superen el coste marginal de la producción, que ahora excluirá cualquier pago de intereses de préstamos cancelados.

Una ilustración sencilla del ?cambio de régimen? que se ha producido en el mercado petrolífero es el actual repunte de los precios hacia el nivel de 50 dólares (el techo probable del nuevo rango de cotización). La parte más pronunciada de esta subida ocurrió después del 17 de abril, cuando la OPEP no consiguió acordar un nuevo objetivo de precio y persuadir a los gobiernos saudí, ruso e iraní para que coordinaran los recortes de la producción necesarios para lograr ese objetivo.

Ahora que todos los principales productores de petróleo están decididos inequívocamente a maximizar la producción, independientemente de los precios de impacto, el petróleo seguirá comerciando como cualquier materia prima (por ejemplo, el mineral de hierro) con excedente de oferta en un mercado competitivo. Los precios se fijarán como se explica en cualquier libro de texto de economía: por los costes marginales del último proveedor cuya producción sea necesaria para cumplir con la demanda global.

Cuando la demanda de petróleo es bastante sólida, como lo es ahora y tiende a ser a principios de verano, el precio lo marcarán los costes de producción marginal de las cuencas de esquisto de Estados Unidos y las arenas bituminosas de Canadá. Cuando la demanda es débil, como suele ocurrir en otoño e invierno, el precio de compensación de mercado lo fijarán los productores marginales de petróleo barato, pero menos accesible en Asia y África, como Kazakstán, el este de Siberia y Nigeria.

De ahora en adelante, los costes que tengan que afrontar estos productores marginales fijarán el suelo y el techo del rango de cotización del petróleo. Los productores de bajo coste en Arabia Saudí, Irak, Irán y Rusia seguirán bombeando todo lo que su infraestructura física pueda transportar, siempre y cuando el precio sea mayor de 25 dólares aproximadamente. El precio necesario para provocar una producción suficiente de esquisto estadounidense y arenas bituminosas canadienses para cumplir con una demanda fuerte puede ser 50, 55 o incluso 60 dólares, pero es improbable que pase mucho de esa cifra.

Los giros imprevisibles de la oferta y la demanda, lógicamente, causarán fluctuaciones dentro de este rango de cotización. La experiencia sugiere que pueden ser bastante amplios. En las dos décadas de precios competitivos de 1985 a 2004, el precio del petróleo se duplicó y dividió por dos con frecuencia en el curso de unos pocos meses. Por eso, la casi duplicación de los precios del petróleo desde el mínimo de 28 dólares a mediados de enero no sorprende. Ahora que se está probando el techo de 50 dólares, podemos esperar que el gran paso importante del rango de cotización sea hacia abajo.

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