Opinión

Emergentes: recesión no pero freno sí

Tras varios años con las economías más desarrolladas en el punto de mira, la crisis parece haber llegado para quedarse en otras zonas. El freno del crecimiento en China también ha afectado a países cercanos y otros emergentes, agravando los posibles efectos sobre el resto del mundo.

Si en Europa la demanda interna fuera más robusta, los expertos están de acuerdo en pensar que esta crisis podría pasar de puntillas por ella. Pero no es así. Países como Alemania, Holanda, Francia se encuentran con una economía estancada.

La crisis china, además, se une a los efectos que ya se sienten por la ralentización de Brasil o las sanciones a Rusia.

Por otro lado, y a pesar de que un euro barato trae ventajas innegables para las exportaciones, traba en la misma medida las importaciones.

Con los deberes pendientes en muchos países de menguar una elevada deuda pública, la combinación con una deflación importada por los movimientos de divisas, dificultará el desapalancamiento, lo que podría llevar a más medidas de ajustes. Todos estos componentes apuntan a que Europa puede ver frenada su recuperación económica por la crisis emergente. Ahora bien, estamos lejos, por ahora, de pensar que nos veremos abocados a una nueva recesión.

Hay otro elemento, no obstante, que no podemos perder de vista y es la velocidad de aterrizaje de la economía china y el grado de fiabilidad de sus datos estadísticos. Por ahora, los primeros movimientos para mantener el ritmo de su PIB se han saldado con millones salidas de capital.

Si la desconfianza inversora continua, y se extiende por el resto de países emergentes, no es descabellado pensar que también podría llegar a Europa, con mayores costes de financiación y un freno adicional a su recuperación.

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