Opinión

La dudosa estrategia de Grifols

El grupo catalán especializado en homoderivados Grifols tiene aún por definir sus futuros planes de expansión. La compañía duda entre ubicar en Paréts del Vallés, Barcelona, su próxima fábrica destinada al fraccionamiento de plasma sanguíneo, o por el contrario trasladar esta nueva instalación a Clayton, Carolina del Norte, en EEUU.

Se trata de una inversión de unos 300 millones de euros, que funcionaría a pleno rendimiento en 2020. La vacilación del presidente, Víctor Grifols, podría dejar a Barcelona sin esta importante inversión, lo que resulta paradójico en un empresario que tan a menudo se ha manifestado a favor de la independencia, aun cuando no es la primera vez que los planes de la farmacéutica sobre estas instalaciones se hallan sujetos a vaivenes.

Ya en el año 2012, el primer ejecutivo de la firma aseguró que antes de invertir en España prefería llevar a cabo sus proyectos en EEUU ("o en Gibraltar"). En aquella ocasión, Grifols justificó sus declaraciones asegurando que la Generalitat no le garantizaba el suministro de algo tan básico como el uso del agua en otra fábrica que ya posee, precisamente, en Paréts.

En esta ocasión, Grifols parece dispuesto a cumplir su amenaza, pero todavía no ha aclarado sus motivaciones reales. La falta de concreción en este proyecto, del que no se decidirá su emplazamiento definitivo hasta enero o febrero del 2016, genera dudas que el empresario debe aclarar. Conviene que ponga cuanto antes las cartas sobre la mesa para, así, disipar la sospecha de que pueda estar utilizando esta maniobra para presionar a la Generalitat y obtener algún trato de favor o si por el contrario se trata únicamente de una estrategia empresarial que se concilia mal con su independentismo.

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