Opinión

La economía 'latinoamericanizada' de Grecia es el problema, no la austeridad

  • "Grecia se parece Argentina en dos aspectos fundamentales"
  • "El problema de Grecia es que sus exportaciones han crecido muy poco"
Refinería de petróleo en Grecia. Foto de Getty

Daniel Gros, director del Centro Europeo de Estudios Políticos y exasesor económico de la Comisión Europea, cree que la devaluación interna en Grecia no puede funcionar. Sus exportaciones son de bajo valor añadido y muy dependientes de las materias primas, por mucho que se reduzcan los salarios y el reparto de beneficios Grecia no puede conseguir un superávit comercial sostenible.

Grecia es diferente

Gros explica en Project Syndicate que la respuesta corta de la singularidad griega se define en "sus exportaciones. En todas la crisis que han golpeado a otros países, un aumento de las exportaciones ha amortiguado, en parte, la caída de la demanda cuando los gobiernos han reducido el gasto e incrementado los impuestos", pero en Grecia está siendo diferente. Lo único que ha logrado que el país alcance un equilibrio en la balanza por cuenta corriente ha sido el desplome de las importaciones, que no ha ido acompañado por un aumento real de las exportaciones.

"El rendimiento de las exportaciones es la llave para escapar a la trampa de austeridad. El problema para Grecia que sus exportaciones han crecido muy poco, y este pequeño aumento es una ilusión, que ha llegado en su mayoría por un aumento de la exportación de productos derivados del petróleo", explica Daniel Gros.

Bajo valor añadido

"Grecia no produce petróleo, se puede decir que tan sólo lo refina, los helenos están simplemente exportando petróleo importado, el valor añadido de este intercambio es muy escaso. Los márgenes de refinamiento del crudo son menos del 5% de su valor, la economía griega está aumentando algo sus exportaciones gracias a este proceso. Las exportaciones de metales también han crecido en Grecia, pero ocultan el mismo problema que el petróleo", asegura el economista alemán.

Grecia, al igual que los países latinoamericanos, tiene un sector exterior que depende del precio de las materias primas. Los márgenes de refinamiento de crudo se mueven junto al precio del petróleo, al igual que ocurre con el metal y los procesos que abarcan su manipulación. "Por otro lado, los productos manufacturados, que sí suelen generar valor añadido y empleo, son una parte muy pequeña del sector exportador de Grecia".

Gros explica que "el comercio exterior griego tan sólo representa el 12% del PIB, un nivel muy escaso para una economía de un tamaño tan reducido. Para amortiguar la caída de la demanda interna, las exportaciones helenas deberían representar el doble sobre el PIB de lo que lo hacen en la actualidad, de ese modo también hubieran cerrado el déficit por cuenta corriente de una forma más sana".

Y es que "el descenso del déficit por cuenta corriente ha caído en Grecia por el colapso de las importaciones. Mientras tanto, la exportaciones están estancadas y los salarios han caído más de un 20%. Este es el verdadero problema de Grecia, no la austeridad. Si Grecia hubiera experimentado el mismo crecimiento de sus exportaciones que Portugal, por ejemplo, no habría experimentado una recesión tan profunda, a la vez que los ingresos fiscales hubieran sido más elevado, haciendo mucho más sencillo a su Gobierno alcanzar el superávit primario", asegura Gros.

Gros cree que toda esta información deja entrever que "la combinación de la consolidación fiscal, unos salarios más bajos y unas reformas concentradas en el sector exportador hubieran permitido a Grecia una recuperación más sostenible". Lo que se ha hecho con Grecia ya se intentó en su día con Argentina. El resultado final fue el 'default' de su deuda externa en 2002, explica el economista alemán.

"Desafortunadamente, Grecia se parece Argentina en dos aspectos fundamentales. Ambos países tienen un sector exportador pequeño que hace que los ajustes externos sean mucho más complicados. Por otro lado, ambas naciones tiene un sector exportador concentrado en las materias primas, cuya oferta y precio tienen mucha volatilidad", sentencia Daniel Gros.

Para finalizar, el economista germano matiza: "Esto no quiere decir que Grecia esté condenada a seguir los pasos de Argentina e impagar su deuda. Pero si puede servir de reflexión para que Atenas acepte el reto y encare de forma urgente la reconstrucción del sector exportador y reconozca que la austeridad no es el enemigo".

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