El precio del gasóleo aumenta un 58% en un año frente al 38% de la gasolina y se convierte en el combustible más caro en las estaciones de servicio por primera vez en 10 años.
Esta tendencia se mantendrá con el fin de las importaciones rusas que ultima Bruselas, ya que este país es el mayor proveedor de gasóleo a Europa. A ello contribuye también que la UE tiene mayor capacidad de refinar gasolina. No en vano es un territorio exportador en este ámbito mientras que necesita importar diésel. Por este motivo, la industria y el transporte (que solo consumen gasóleo) serán los más afectados por el bloqueo ruso. Es por ello criticable que el descuento de 20 céntimos a las gasolinas sea general y no se centre en los que realmente más lo necesitan.