
Los índices bursátiles europeos se tiñeron de verde en la sesión de ayer. El EuroStoxx 50, la referencia en el Viejo Continente, subió un 2,9% hasta los 4.002 puntos y dejó atrás las pérdidas originadas por los estragos de la guerra. Asimismo, el Ibex se anotó también un 2,9% y se situó en los 8.614 puntos, un nivel que no alcanzaba desde finales de febrero.
Sin duda, el hecho de que existan sólidos avances en las negociaciones entre Ucrania y Rusia, hasta el punto de ser la primera vez que Kiev renuncia a su entrada en la OTAN, avalan el optimismo en bolsa. Más aún tras asegurar Moscú que reducirá "drásticamente" las operaciones militares en la capital para facilitar el diálogo. Ahora bien estas buenas noticias en el conflicto no deben llevar al error de considerar que los riesgos económicos y bursátiles debido a la guerra han desaparecido. Para empezar, el hecho de que Vladimir Putin acepte ahora la incorporación de Ucrania a la Unión Europea puede sonar bien en el contexto de la negociación entre ambos países. Pero también deja patente que la Unión podría tener que pagar los destrozos de Rusia en el país, lo que supondría un alto coste económico. Aunque lo más importante es que a pesar de los avances no existen aún certezas de que las negociaciones concluyan en el corto plazo y con final feliz.
Solo el final de la guerra abrirá la puerta definitivamente a aumentar la exposición a la renta variable en Europa
Buena prueba de ello es que el EuroStoxx 50 aún está a un 1,2% de superar las resistencias que presenta en la zona de los 4.000-4050 puntos, lo que deja claro que el escenario del mercado bajista sigue plenamente vigente en el Viejo Continente. Solo el fin de la guerra y la superación de esa barrera originará un cambio de tendencia en la renta variable europea e indicará el momento en el que los inversores pueden aumentar su exposición a la bolsa.